El acceso al cannabis medicinal crece en EU, aunque no todos pueden pagar los medicamentos
Por DiosaVerde.org
Más cannabis legal no siempre significa mayor acceso
Actualmente 33 estados de la Unión Americana tienen amplios programas de cannabis medicinal y 11 estados, además de Washington, D.C., también han legalizado el consumo recreativo. Sin embargo, para los pacientes de bajos ingresos, las barreras son numerosas y crecientes.
De acuerdo con Cristina Buccola, abogada, defensora y asesora en la industria del cannabis, en algunos estados donde las ventas de cannabis recreativo operan online, ha habido caídas hasta de 50 por ciento en productos de marihuana medicinal. Y si bien muchos pacientes que anteriormente estaban en el programa médico encuentran que los dispensarios recreativos se adaptan a sus necesidades, a pesar de los límites en las compras y dosis, hay mucha gente que no puede pagar costos adicionales.
“Lo que termina sucediendo es que, si los dispensarios médicos en el programa estatal no son incentivados de alguna manera para continuar sus operaciones, se eliminan gradualmente. Terminas creando estos increíbles desiertos de cannabis para los pacientes”.
De manera similar, a medida que los estados ponen límites a las cantidades de THC en comestibles y otros productos, las regulaciones crearon otra barrera de acceso para pacientes de marihuana medicinal de bajos ingresos.
También te puede interesar:
Estudio reciente demuestra que el cannabis es 30 veces más efectivo que la aspirina
O’Shaughnessy, el doctor irlandés que introdujo el cannabis en la medicina occidental hace 180 años
La industria farmacéutica está muy interesada en el cannabis, ¿qué tan conveniente es eso?
Al respecto, Buccola explica:
“Si son $ 30 por una barra de chocolate de 100 miligramos y alguien necesita más de 1,000 miligramos, ¿van a gastar $ 300 por día? Eso es ridículo. Esos límites hacen daño a los pacientes de bajos ingresos”.
Un nuevo estudio, realizado por la doctorar Julia Arnsten, jefa de la División de Medicina Interna General en el Centro Médico Montefiore, ubicado en el Bronx, Nueva York, en medio de algunos de los distritos más pobres de Estados Unidos, descubrió que los clientes de dispensarios para consumo recreativo no compran cannabis solo para drogarse, sino para tratar dolencias médicas. De los 1,000 compradores de dispensarios de Colorado encuestados para el estudio, 65 por ciento usa cannabis para aliviar el dolor y 74 por ciento lo usa para dormir mejor. Adicionalmente, la mayoría de los encuestados afirmó que les ayudó a reducir el uso de otros medicamentos.
“Nuestra motivación para llevar a cabo este estudio fue que hay numerosos informes anecdóticos de personas que reciben ayuda para el insomnio, el dolor y una variedad de otras condiciones del cannabis comprado en dispensarios para adultos”, explicó Arnsten a Weedmaps News.
En California, la situación de los pacientes de bajos ingresos empeoró cuando la legalización del consumo recreativo, promulgada en 2018, creó nuevos y onerosos requisitos. Los programas de cuidado compasivo de larga data que habían estado proporcionando cannabis medicinal gratuito o de bajo costo a pacientes necesitados, debían pagar impuestos estatales sobre el cannabis donado, lo que obligó a muchos a cerrar. La SB 34, que se aplicaría a las donaciones de cannabis, actualmente se está abriendo camino a través de la legislatura de California para remediar la situación. Un proyecto de ley similar fue vetado por el entonces gobernador demócrata Jerry Brown en 2018.
Otros costos
Según un estudio realizado en la Facultad de Salud pública de la Universidad de Arizona en 2017, titulado Barreras estructurales en el acceso a la marihuana medicinal en los Estados Unidos —Un protocolo de revisión sistemática, el consumo de cannabis se inclina hacia pacientes más ricos y trabajadores. El estudio encontró que “el uso de marihuana medicinal es más común entre las personas que trabajan, tienen seguro médico y obtienen altos ingresos”. Muchos gastos, algunos obvios, otros ocultos, que están asociados con los programas de cannabis medicinal, contribuyen a la disparidad.
Según Mary Lynn Mathre, presidenta y cofundadora de Out of Time, una organización nacional sin fines de lucro dedicada a la educación sobre el cannabis medicinal, la marihuana medicinal no está cubierta por un seguro y comprarla requiere pago en efectivo.
Además de la visita inicial al médico, la tarjeta médica y el precio del medicamento, existen costos acumulados por las compañías de cannabis que a menudo terminan pagando los consumidores. Mathre, una enfermera calificada de Out of Time, declara:
“Los costos transferidos incluyen el desembolso inicial de la licencia comercial, la seguridad y las pruebas. Las empresas de cannabis tampoco pueden tomar deducciones de impuestos federales que otras empresas disfrutan porque el cannabis figura como una sustancia del Anexo I”.
Arnsten también afirma que los pacientes deben asumir el costo del transporte hacia y desde los dispensarios, una barrera a menudo abrumadora para muchas personas de bajos ingresos. Muchos de sus pacientes tienen que tomar viajes en autobús, tren, metro, o un costoso servicio de automóvil. Uno de sus pacientes de edad avanzada gastó 200 dólares en un mes en viajes a dispensarios. La falta de acceso agrava el problema: el Bronx es un “desierto de cannabis”, porque es atendido por un solo dispensario para un municipio con 1.8 millones de residentes.
Además, el acceso empeora cuando los dispensarios y distribuidores no pueden obtener una licencia porque los reguladores tardan en emitirlos, o las ciudades y los condados prohíben directamente los negocios de cannabis.
Ante esto, afortunadamente, ha surgido un pequeño grupo de organizaciones estatales sin fines de lucro que ayudan a reducir los costos para que los pacientes adquieran marihuana medicinal.
Aliviando la carga
Hace dos años, Montefiore lanzó una práctica dirigida a pacientes de bajos ingresos para evaluar a los pacientes potenciales para participar en el programa de Nueva York de cannabis medicinal.
“A través del Centro Médico Montefiore, pudimos comenzar esta práctica integrada en la atención primaria para que los pacientes no tengan que ir a un lugar especial para ver a un médico. Ahora tenemos para eso cinco sitios diferentes”, comentó Arnsten.
El programa de Montefiore es solo uno de un grupo de agencias, organizaciones sin fines de lucro, gobiernos municipales y otras entidades que brindan un mínimo de ayuda financiera para pacientes de cannabis medicinal de bajos ingresos.
Entre ellos, se encuentra la Fundación Cheers to Goodness, iniciada en 2012 por Garyn Angel, fundador y CEO de MagicalButter.com, una compañía que fabrica una máquina extractora.
La fundación ha ayudado a “miles de personas” a lo largo de los años, comenta Angel. Entre sus diversos esfuerzos caritativos, la organización sin fines de lucro ha proporcionado gastos de mudanza a los que Angel llama “refugiados médicos”, familias que han tenido que mudarse a estados con leyes de cannabis menos restrictivas para obtener la medicina que necesitaban.
“Había una necesidad financiera porque no hay reembolso de seguro disponible para estas familias. Realmente estamos cerrando la brecha”, explicó Angel.
Rainy Day Foundation, una organización sin fines de lucro que comenzó a operar en febrero de 2019, ayuda a los residentes discapacitados de bajos ingresos de Florida a pagar las derivaciones médicas y el costo de 75 dólares por la tarjeta de cannabis medicinal del estado. La organización ha ayudado a 10 pacientes hasta el momento y tiene una lista de espera de 400, según Morgan Haas, quien fue ayudado por la Organización sin fines de lucro.
“Estamos empezando. Nuestra lista de espera está creciendo exponencialmente. La necesidad está ahí”, admitió Haas.
La organización fue fundada para ayudar a otros en situaciones similares a Haas. El hombre, quien tiene 38 años, ha sido tratado tres veces por cáncer y tiene osteoporosis, artritis, neuropatía y otros problemas médicos. Vive con 860 al mes a través del Seguro de Incapacidad del Seguro Social.
Root, quien es el tesorero de Rainy Day Foundation, también fue su primer beneficiario, y comentó:
“Esa es una especie de toda la misión de Rainy Day, proporcionar acceso a pacientes como yo que están en ese extraño nivel de ingresos donde existe la necesidad de medicamentos, pero el costo es demasiado”.
Por su parte, Angel cree que la necesidad de organizaciones como la suya se ha ampliado con el aumento de la disponibilidad de cannabis:
“Solía haber una mayor compasión en la entrega de productos. A medida que se comercializa más, las empresas tienen menos margen de maniobra para hacerlo, especialmente con algunas de las limitaciones regulatorias que se aplican. Si no hay algún tipo de tercero que ayude a estas personas, se quedan en una isla. Y eso no es justo”.
También te puede interesar:
SCJN ordena a la Cofepris reglamentar el cannabis medicinal en 6 meses
Pacientes de marihuana medicinal en EU no pueden tener armas, ¿pero consumidores recreativos sí?
Si te sirvió esta información, comparte tu experiencia con nosotros en redes sociales. Si prefieres permanecer anónimo, escríbenos un correo electrónico aquí. Queremos escucharte.
Colabora con nosotros. Envíanos tus artículos haciendo clic aquí.
Fuentes: diosaverde, ncbi, weedmaps, legislature, njlawblog, montefiore, cheerstogoodness, rainydayfundation.