Brasil avanza para que pacientes necesitados tengan acceso al cannabis medicinal

Por DiosaVerde.org

Brasil es uno de los principales importadores de marihuana medicinal del mundo. Los inversionistas británicos, canadienses, estadounidenses y chinos ven el país como un lugar donde florecerá el cultivo y procesamiento de marihuana medicinal, pero están limitados a que el gobierno decida legalizar la siembra y el procesamiento de la hierba en el país.

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Esa espera podría terminar cuando la Agencia de Salud de Brasil (Anvisa), publique dos propuestas que describen los protocolos de regulación para el cultivo, investigación y aplicaciones médicas del cannabis.

La legislación solo considera por ahora el cultivo con fines medicinales por parte de las empresas y no incluye licencias para grupos de cultivo de pacientes o cultivo recreativo. De hecho, todo uso recreativo seguiría siendo ilegal.

Anvisa ha obtenido ya inversiones de compañías internacionales que buscan participar en el mercado brasileño de cannabis medicinal, pero a pesar de las inversiones y la decisión de seguir adelante con la iniciativa, El Poder Ejecutivo aún se opone públicamente a la propuesta. De hecho, la Oficina Presidencial envió un comunicado al diario brasileño Folha de S. Paulo, expresando su desaprobación.

¿Cuál es la propuesta de Anvisa?

En noviembre de 2018, el Senado de Brasil aprobó una ley que permite el cultivo de cannabis con fines médicos y de investigación. Sin embargo, desde entonces el gobierno ha rechazado cualquier plantación hasta que los estatutos de regulación se conviertan en ley.

No obstante, ahora la Agencia de Salud ha publicado la primera ronda de las reglas de regulación y está buscando la opinión pública para aprobarlas o desaprobarlas.

Esta propuesta lleva dos años en desarrollo. El gobierno de Brasil lanzó un panel técnico en 2017 para construir el marco.

“La regulación será estricta con respecto a la cadena de producción, distribución y consumo de los medicamentos producidos”, dijo la agencia en un anuncio.

El 14 de junio, Anvisa publicó las propuestas en el periódico oficial del gobierno, el Diario Oficial de la Unión.

La propuesta identifica preocupaciones de seguridad con respecto al cultivo, y propone normas científicas y de seguridad que protegerán los sitios de cultivo y a los trabajadores.

En segundo lugar, busca definir las reglas sobre el procesamiento y la prescripción médica.

Anvisa realizará dos consultas públicas: la primera de ellas, centrada en la regulación de seguridad para el cultivo; la segunda enfocada en la regulación de la salud para medicamentos producidos a partir de las plantas cultivadas.

Las consultas públicas son una parte regular del proceso de legislación del Ministerio de Salud de Brasil. Con respecto al cannabis medicinal, la agencia declaró que, en última instancia, quieren que esta ley y cualquier regulación adicional sea “clara, transparente y con una amplia participación social”.

Las consultas empezarán este mes (agosto).

La Oficina Presidencial en desacuerdo, pero los defensores del cannabis dicen que la legislación propuesta no facilitará el acceso a la hierba

Durante el anuncio de Anvisa sobre las propuestas y audiencias públicas, la Oficina Presidencial notificó a Folha que no estaba de acuerdo con el plan de Anvisa para cultivar marihuana en Brasil.

En cambio, la Oficina Presidencial argumentó que Anvisa debería centrarse en importar suministros de medicamentos prefabricados a base de cannabis.

Folha informó que la crítica identificó principalmente preocupaciones de seguridad con el crecimiento y cultivo de marihuana: la parte psicoactiva de la materia prima (tetrahidrocannabinol o THC), si se cultiva dentro del país, estaría más fácilmente disponible para los infractores de la ley.

Sin embargo, el plan de Anvisa aborda las preocupaciones de titulización. Las puertas de seguridad y el personal de seguridad vigilarían los sitios de cultivo y el personal. Los sitios también estarían equipados con cerraduras biométricas de última generación para evitar el acceso y uso no autorizados.

Si bien la Oficina Presidencial está criticando el proyecto de ley por el posible abuso futuro del cannabis, los pacientes y sus defensores piensan que la legislación se está moviendo demasiado lentamente y que los estatutos no llegan lo suficientemente lejos como para proporcionar un mayor acceso a los pacientes.

Cabe señalar que el cannabis importado es costoso para las familias, que ya se enfrentan a necesidades médicas costosas y extensas. Un simple medicamento de cannabis medicinal puede costarle a una familia brasileña hasta 79 dólares.

“Con el cultivo a escala profesional, en el mejor de los casos, el medicamento demorará de 2 a 5 años en llegar a las farmacias. Y la demanda de los pacientes es una demanda real y urgente”, explicó el doctor Ricardo Ferreira, ex presidente de la Sociedad Brasileña de Estudios de Cannabis a Huff Post Brasil.

Anvisa, por su parte, indicó en su sitio web que su agenda regulatoria para el cannabis medicinal podría extenderse al menos otro año.

Desde 2015, cuando Anvisa permitió inicialmente la importación de cannabis medicinal y el registro de pacientes, el número de pacientes registrados para recibir cannabis medicinal se ha triplicado, llegando a 3,300 en 2018.

Anvisa está trabajando para brindar cobertura a la mayor cantidad posible de pacientes necesitados, a pesar del ritmo lento y las críticas del Poder Ejecutivo.

El presidente de la agencia, William Dib, reiteró ese punto la semana pasada y afirmó: “Lo que podemos hacer para mejorar el acceso es fundamental. Necesitamos asegurar la calidad y efectividad de este producto que [beneficiará] a los pacientes”.

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Fuentes: folha, anvisa, huffpostbrasil.