China exportará cannabis, pero el gobierno aún puede ejecutarte por delitos vinculados a la marihuana
Por DiosaVerde.org
Dentro de muy poco tiempo no solo podrás encontrar en el mercado los millones de artículos clásicos que se manufacturan en China, entre los que destacan tenis de marcas prestigiosas, Smart phones, etc., etc. etc. La ambición actual de China, por participar en el “auge del cannabis”, proveerá también cáñamo para el mercado mundial de CDB. Esta noticia puede leerse ahora mismo en múltiples titulares como The New York Times. Sin embargo, la marihuana está más prohibida en China que en casi cualquier otro país del mundo, y en el Gigante Asiático se siguen ejecutando a miles de personas cada año por delitos relacionados con las drogas.
Yunnan y Heilongjiang, serán las provincias que liderarán el cultivo de cáñamo para extraer cannabidiol (CBD), el compuesto no psicoactivo del cannabis, el cual está en auge y se ha convertido en un componente fundamental en el mercado de cuidado personal en Estados Unidos y otros países.
No obstante, este hecho es algo ambiguo, considerando la legalidad en China, pues el consumo de CBD no se ha autorizado dentro del país. Además, las políticas chinas respecto a las drogas son de las más estrictas y rígidas del mundo.
Yunnan como centro de cultivo global
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Hanma Investment Group, en 2017 se convirtió en la primera compañía en recibir un permiso para extraer CDB en sus instalaciones, ubicadas en una zona restringida de Yunnan, junto a un fabricante de armas. El cáñamo proviene de Shanchong, una aldea rural al oeste de Kunming, la capital de Yunnan. En este sitio, la filial de Hanma, Hempsoul, tiene 1,600 acres de cultivo. Tan Xin, presidente de la empresa, se jacta del “enorme potencial” de su empresa.
Hanma tiene ambiciones globales, habiendo adquirido una planta de extracción de CBD en Las Vegas, con planes para una segunda en Canadá, todo con el cáñamo de Yunnan.
China ha cultivado cannabis durante miles de años. Sin embargo, a pesar de su larga relación con esta planta, la República Popular ha tomado una línea dura contra las drogas ilegales, y el cultivo de cannabis fue efectivamente reprimido en 1949. Posteriormente, China firmó la Convención de la ONU sobre Sustancias Psicotrópicas, en 1985. Esta prohibición se extendió incluso al cáñamo industrial, un pilar agrícola ancestral en Yunnan. La prohibición del cáñamo industrial solo se levantó en 2010, inicialmente con el propósito de hacer uniformes para el Ejército Popular de Liberación.
En una conferencia de prensa, llevada a cabo el pasado mes de marzo en Beijing, Liu Yuejin, subdirector de la Comisión Nacional de Control de Estupefacientes, dijo que, en respuesta a los movimientos internacionales hacia la legalización, las autoridades de China “fortalecerán más estrictamente la supervisión del cannabis industrial”. La estricta seguridad y vigilancia describen las medidas en las instalaciones de Hempsoul, catalogadas como “zona restringida”. La compañía es una de las cuatro en Yunnan que han recibido una licencia para procesar el cáñamo y extraer CDB.
Por supuesto, otras empresas están a punto inscribirse a la producción de cáñamo y se preparan para lanzar operaciones en Yunnan. Entre ellas están Conba Group, una compañía farmacéutica con sede en la provincia de Zhejiang, y Huaren Pharmaceutical, con sede en Qingdao, provincia de Shandong. La provincia de Jilin, que limita con Heilongjiang en el sur, también está a punto de comenzar el cultivo del cáñamo.
Más provincias suben a bordo
El próximo mes de julio, la Academia de Ciencias Agrícolas de Heilongjiang será la sede del primer Foro Internacional de la Industria del Cáñamo de China, en la ciudad de Harbin, en el norte de esa provincia. Este foro se considera una “oportunidad de redes de alto nivel para profesionales de todo el mundo en la industria del CDB y el cáñamo”.
Pero si el espacio se está abriendo rápidamente para el cultivo de cáñamo y la extracción de CBD en China, el espacio para el consumo de marihuana solo se ha cerrado. Bajo el mandato del presidente Xi Jinping, China se está convirtiendo en muchos aspectos en un lugar muy rígido, y la tolerancia a las drogas ilegales no es una excepción.
Ejecuciones incesantes en China
En su nueva revisión anual sobre la aplicación global de la pena de muerte, Amnistía Internacional tiene algunas buenas noticias que informar. Después de varios años de aumento, las “ejecuciones conocidas” en todo el mundo, en realidad disminuyeron en más de 30 por ciento en 2018. Sin embargo, hay un problema: el término “ejecuciones conocidas” se usa porque para cifras disponibles, las cuales no tiene China, país del cual se cree incluso que es el mayor verdugo del mundo.
“Como en años anteriores, los totales globales no incluyen las miles de ejecuciones que Amnistía Internacional cree que se llevaron a cabo en China, donde los datos sobre la pena capital se clasifican como un secreto de Estado”, admite la organización en su informe.
En 2009, Amnistía dejó de publicar sus cifras estimadas de ejecuciones llevadas a cabo en China, solicitando a las autoridades chinas que proporcionaran números reales.
Adicionalmente, muchas de estas ejecuciones, literalmente no contadas, son por delitos vinculados a drogas ilegales. Amnistía señala que en varios países se aplicó la pena de muerte el año pasado “para delitos que no implicaban asesinatos intencionales y, por lo tanto, no alcanzaron el umbral de ‘delitos más graves’ según el derecho internacional”. Se sabe que al menos 96 ejecuciones se llevaron a cabo por delitos relacionados con las drogas en cuatro países: 60 en Arabia Saudita, 25 en Irán, 11 en Singapur. Nuevamente, ninguna cifra dada por China, con un número desconocido de ejecuciones de este tipo, ni siquiera incluido en el total.
Cualquiera que sea el número, ya sea cientos, o posiblemente miles, es casi seguro que incluye ejecuciones para el cannabis. Las cantidades suficientes para ser expuesto ante un pelotón de fusilamiento en China son 10 kilogramos de resina (hachís) o 150 kilogramos de cannabis herbáceo (marihuana). Sin embargo, cuando se trata de tráfico en lugar de simple posesión, los jueces parecen tener discreción para imponer la pena de muerte incluso por cantidades considerablemente más pequeñas.
Un informe sobre cannabis en China, publicado por Sensi Seeds, señala que un ciudadano nigeriano fue condenado a muerte en 2009 por vender solo 6 kilogramos a distribuidores locales en Guangdong. Y sin desear caer en el amarillismo, aún hay más. El Daily Mail británico informó el pasado mes de noviembre sobre el caso de Matthew Fellows, un estudiante universitario estadounidense quien fue condenado a muerte por un tribunal de Nanjing, simplemente por fumar un porro y pasarlo a sus amigos. Afortunadamente, después de ocho meses en la cárcel, fue liberado y enviado de regreso a su casa en Maryland, luego de que se revocara la condena. No obstante, miles de personas anónimas son llevadas cada año ante el pelotón de fusilamiento por delitos no violentos.
¿Acaso no sería este el mejor momento para que China flexibilice sus leyes respecto a la marihuana?, ¿tú qué opinas?
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Referencias: nytimes , hmi , amnesty , sensiseeds , dailymai , cannabisnow