Cómo elaborar y utilizar compost casero para cultivar marihuana
Por DiosaVerde.org
¿Qué es el compost?
El compost es un excelente fertilizante orgánico resultante de la descomposición controlada de cualquier material orgánico, sólido o semisólido. Durante este proceso, varios microorganismos son responsables de descomponer los desechos orgánicos para convertirlos en un producto digerible para las plantas de marihuana.
El compost también es un proceso que la Naturaleza realiza sin ayuda. Sin embargo, agregar compost casero a tu cultivo, además de proporcionarte un buen fertilizante, contribuye a la conservación del planeta, pues reciclas los desechos orgánicos.
También te puede interesar:
Cómo usar el compost
Usando compost en una maceta para cultivar marihuana al aire libre: Para las plantas de marihuana, las proporciones correctas son una parte del compost por cada tres partes de luz del sustrato en nutrientes. Si bien medir esto con exactitud es algo prácticamente imposible a simple vista, podrías considerar hacer una pequeña inversión y comprar un medidor de luz, ph y humedad. En Amazon puedes encontrar algunos desde 279 pesos ($ 15 USD).
En cultivos grandes al aire libre, puedes realizar una segunda aplicación durante el último trasplante, siempre que el compost esté maduro, de lo contrario no debe enterrarse al entrar en contacto con el tronco y las raíces.
Usando compost en una maceta de interior: Se utilizan las mismas proporciones que en los contenedores al aire libre. Es muy importante asegurarse de que el compost esté maduro y libre de hongos, moscas de la fruta o parásitos, pues estos podrían dañar irremediablemente tus plantas.
Utilizando compost en el suelo: Si tienes la suerte de tener un jardín para cultivar marihuana, el compost puede ser tu mejor aliado. Úsalo al menos dos veces al año en esta proporción: 2 kilos de compost por m2. La primera aplicación puedes realizarla unas semanas antes de que las semillas germinen para adecuar el sustrato (suelo).
El compost puede ser fresco, de solo dos o tres meses de edad. En este punto los microorganismos del suelo harán su trabajo de descomposición. En las condiciones adecuadas, los gusanos estarán encantados con tanta delicadeza. El compost debe ser maduro y libre de patógenos, mezclado con tierra del jardín hasta que sea consistente. La segunda aplicación se realiza cuando la planta tiene al menos un par de meses, el compost debe estar maduro y debes evitar el contacto directo con el tronco y raíces.
Uso de compost en cultivos de guerrilla: En este punto vale la pena hacer un paréntesis y explicar a quienes desconozcan qué es un cultivo de guerrilla: es aquel cultivo en un lugar o espacio exterior, secreto y oculto, que no esté en tu propio jardín, usualmente en la naturaleza y donde no pueda ser descubierto fácilmente.
En el caso de este tipo de cultivos, la facilidad en el transporte de materiales es muy apreciada. Podemos encontrar compost en el mismo bosque o campo donde cultivamos discretamente nuestras plantas de marihuana. Al igual que el compost casero, se tamiza y aplica al sustrato. Debido al lixiviado resultante de la lluvia, es posible que no contenga muchos micro y macronutrientes como lo haría el compost casero, pero aún proporciona una estructura al suelo, lo que reduce la necesidad de riego.
Usando compost como mantillo: Aplicar una capa de compost muy maduro a la superficie del suelo reducirá el crecimiento de malas hierbas que compitan con tu marihuana. También funcionará como fertilizante orgánico, evitando que la radiación solar destruya la vida bacteriana en el suelo.
Té de compost: Al realizar un lixiviado del compost obtenemos un rico fertilizante orgánico líquido. Una forma de hacerlo es llenando una bolsa de tela con un kilo de compost y luego vertiéndola en un balde lleno de agua, dejándola en remojo durante 12 horas. El riego se puede hacer directamente, mientras que, si el tiempo de remojo es superior a 12 horas, la mezcla se debe diluir con agua antes de aplicarla a las plantas.
Ventajas del compost
El uso de compost tiene muchas ventajas, por lo que debemos conocer sus fortalezas para aprovecharlo al máximo.
Dado su origen 100 por ciento orgánico, favorece el desarrollo de las propiedades organolépticas en las plantas de marihuana.
Actúa como recuperación orgánica del suelo, mejorando la salud del suelo, al tiempo que aumenta y diversifica su vida bacteriana, lo cual es muy beneficioso en sustratos pobres o devastados.
Reduce la necesidad de fertilizantes, ya que proporciona oligoelementos (elementos químicos que se hallan en muy pequeñas cantidades en las células de los seres vivos), macro y micronutrientes, además de mejorar aún más la asimilación de nutrientes cuando las plantas se riegan con fertilizantes orgánicos líquidos.
Permite una mayor retención de agua. Esta cualidad es muy beneficiosa en cultivos donde la marihuana sufre estrés hídrico, como en el cultivo de guerrilla.
El compost que tiene más de un año (mantillo) previene el crecimiento de malezas y protege el suelo de la fuerte radiación solar que destruye parte de la vida bacteriana.
Además de nutrir el suelo en sus primeras etapas, promueve el desarrollo de lombrices de tierra, creando un gran vermicompost (compost de lombrices, lo cual veremos en otro artículo que estamos preparando).
Aproximadamente 40 por ciento de los desechos en nuestra bolsa de basura es orgánico, y generalmente se va al vertedero, donde, si no se trata adecuadamente, puede terminar contaminando el suelo y el agua, además de producir gases de efecto invernadero.
Al hacer nuestro propio compost, casi cerramos el círculo de la planta, convirtiendo el problema de los desechos en un recurso útil para fertilizar nuestros jardines.
Tipos de compostador
Podemos hacer compost en cualquier lugar, dependiendo del espacio disponible y nuestros requisitos estéticos. Incluso si vives en un departamento, puedes tener una actitud positiva y activa hacia el tema del desperdicio. Aquí te presentamos algunas opciones.
Compostador comercial: Sin duda es el más rápido y conveniente de todos. Por lo general están fabricados de plástico. Tienen un acceso desde el lado superior para insertar los desechos. En la parte inferior hay una puerta desde donde puedes recoger el compost maduro. Con este tipo de compostador evitas problemas con roedores atraídos por los desechos. Su diseño es ideal para el compostaje en casa sin sacrificar la estética.
Tambor / Barril compostador: Si tienes un tambor o barril de repuesto, entonces tienes un compostador. Solo tienes que hacer algunos agujeros para comenzar a compostar. Se debe hacer una puerta en la parte inferior para acceder al compost.
Contenedor de compost de madera o ladrillo: Si tienes el tiempo y los materiales para construir un compostador de madera o ladrillo, puede ser una experiencia muy gratificante. Puedes construirlo con una puerta superior colocar fácilmente los residuos. Te sugerimos construir el frente con tablas de madera, ya que se pueden quitar individualmente. De esta forma, la supervisión y el mantenimiento son más fáciles.
El tamaño depende del espacio disponible, aunque se recomienda 1 m3. Si tienes suficiente espacio y mucho desperdicio, también puedes construir dos o más compostadores, lo que te permitirá tener compost en diferentes etapas de maduración.
Compostador de malla: Una simple malla de alambre se puede convertir en un compostador en pocos minutos, solo tienes que unir los extremos y asegurarla al suelo. Este tipo de compostador permite una buena ventilación, por lo que debemos vigilar la humedad y la temperatura para que el proceso de descomposición no se detenga. Este contenedor de compost es ideal para descomponer los desechos del jardín.
El compostador se coloca en un área sombreada, al abrigo de fuertes vientos, cerca de una fuente de agua y con espacio suficiente para poder volcarlo y extraer los desechos. Es importante protegerlo de la lluvia para que los nutrientes no se filtren. En cuanto a la construcción de un compostador, sin duda el tiempo y la experiencia te ayudarán a mejorar el diseño para satisfacer tus necesidades.
Ingredientes para hacer compost
Durante la preparación del compost, podemos ver muchas formas de vida involucradas en el proceso, tales como insectos, gusanos, bacterias y hongos, que hacen del compost un elemento vivo. Para preservar el ciclo natural, debes evitar el uso de fungicidas químicos o cualquier otro elemento que pueda poner en riesgo a los microorganismos.
Los ingredientes necesarios para hacer compost son agua, oxígeno, nitrógeno y carbono.
Agua: La mezcla debe estar húmeda, pero no mojada. Una forma de verificar la humedad es exprimir un poco de mezcla con las manos, y si la mezcla gotea, entonces está demasiado humedecida. Sin embargo, si no gotea, la humedad es demasiado baja. Idealmente, deberían aparecer algunas gotas y tu mano debería humedecerse ligeramente, ese es el nivel óptimo de humedad.
Oxígeno: Los microorganismos responsables de la descomposición mueren sin oxígeno. Si la mezcla está demasiado húmeda y pastosa, el oxígeno apenas la penetrará. Para que el oxígeno llegue a toda la mezcla, tenemos que darle la vuelta de vez en cuando. Cuanto más la gires, más oxígeno ingresará a la mezcla, asegurando la vida de los microorganismos y facilitando una descomposición sin olor.
Nitrógeno: Proporciona proteínas para microorganismos. Incluye desechos de cocina, frutas, verduras, recortes de césped, estiércol, posos de café, bolsitas de té, hojas verdes y desechos de poda.
Carbón: Son restos de plantas secas (hojas y tallos), paja, cenizas de madera, cartón, papel, aserrín y pelo. No es aconsejable usar papel o cartón con tintas de colores. Los desechos de madera, cenizas y aserrín no deben contener aceites, pinturas u otros productos químicos que puedan alterar la calidad del compost.
Para hacer compost no se recomienda usar: conservas saladas, plantas enfermas, heces de perros o gatos, grasas o cualquier material que contenga productos químicos. Tampoco es recomendable agregar al compost restos de pescado, carne, leche, aceite o salsa (a menos que tengas una experiencia más amplia y estés familiarizado con el uso de estos desechos), pues que este tipo de desperdicios atrae a los roedores y causa olor y problemas si el proceso de fermentación y descomposición no es estable.
Proceso de preparación de compost
Antes de agregar desechos al compost, es recomendable triturarlos o cortarlos en trozos que no excedan los 5 cm. Esto acelera el proceso de descomposición, mejora la aireación y simplifica el proceso de compostaje.
Existen varias fórmulas para hacer compost: idealmente, la mezcla debe ser homogénea en todos los ingredientes, mantener una humedad estable y airearla al menos una vez a la semana. En cualquier caso, es interesante experimentar, registrando notas sobre los resultados obtenidos a medida que practicamos.
Una proporción comúnmente utilizada es ¾ de material marrón (carbono) y ¼ de material verde (nitrógeno). Es igualmente válido mezclar dos partes de material seco y una parte de material húmedo. En este caso, debes controlarlo cuidadosamente y girarlo al menos una vez a la semana.
Si el compostador no está en contacto directo con el suelo, debes comenzar con una capa de tierra para suministrar microorganismos al montón. Luego, agrega una capa de 15 cm de material marrón por cada 10 cm de material verde.
Para cada capa agregada al montón en el compostador, debemos agregar agua, aunque evitando inundar la mezcla. Si agregas demasiada agua, esto se puede modificar agregando hojas secas y volteando el montón.
Para suministrar minerales, debes esparcir algunas cenizas de madera sin tratar cada dos capas, mientras agregas un poco de cal para controlar el pH. Posteriormente, mezcla el montón para que funcione.
Para acelerar el proceso, se pueden usar algunos activadores. Estos se pueden comprar o también puedes usar lechada de ortiga como activador. Aquellos sin reparos pueden optar por usar orina humana diluida en agua. Si eliges hacerlo, es aconsejable no usar medicamentos. También puedes usar estiércol herbívoro como activador, pero no se recomienda para compostadores domésticos. A menos que tengas experiencia, es mejor usarlo en compostadores lejos de casa.
Si agregas desperdicios de comida al montón, debes cubrirlo con hojas secas o pedazos de cartón o papel. Si lo dejas expuesto, las moscas pueden poner huevos sobre él y existe el riesgo de infestación con mosca negra en el sustrato para el cannabis.
Cuando comienza la descomposición, la temperatura ideal debe ser de alrededor de 50-60 grados, y nunca debe superar los 70 ° C (158° F) o menos de 30 ° C (86° C). Si mantenemos estas temperaturas regando el montón y volteándolo regularmente, el proceso de descomposición no se detiene.
La humedad debe estar bajo control, asegurando que el montón no esté seco ni saturado. Puedes regarlo cada 3 o 4 días dependiendo de las condiciones climáticas.
Al girarlo regularmente, se oxigena el montón y se acelera el proceso de compostaje.
Si el proceso de compostaje es exitoso, estará listo en 3 o 6 meses. Si no le has dado vuelta lo suficiente, el proceso puede durar un año. El mejor momento para recolectar el compost es en primavera y otoño.
Sabemos cuando el compost está listo si tiene un olor a tierra y está oscuro, los materiales ya no son reconocibles y la temperatura ha bajado a 20 ° C (68° F) aproximadamente. En ese momento, podemos usar una malla de alambre con agujeros de 1 cm para tamizar la mezcla, mientras que el material restante que no pasó a través del tamiz se devuelve al compostador.
El compost cosechado necesita airearse durante 10-15 días para curar (terminar el proceso) y perder humedad. Una vez que está maduro y seco, se puede almacenar en grandes sacos o bolsas herméticas. Es importante verificar cualquier exceso de humedad, ya que podría pudrirse.
Como medida de precaución, puedes probarlo antes de usarlo. Intenta germinar 10 lentejas, de las cuales al menos 8 o 9 deberían germinar. Si no brotan, entonces quizás el compost no sea apropiado.
Soluciones a problemas de compostaje
Estos son algunos de los problemas comunes que pueden ocurrir durante el proceso de compostaje. Descubre cómo resolverlos a continuación:
Mal olor: Puede ocurrir porque la mezcla contiene demasiado material rico en nitrógeno o está demasiado húmeda. En ambos casos, debes agregar cartón, hojas secas o papel. El mal olor también puede provenir de la falta de oxígeno. En este caso, simplemente voltea el montón para resolver el problema.
Olor a amoniaco: Cuando la mezcla de compost es demasiado grande, su peso puede compactar el montón, produciendo olor a amoníaco.
Moscas y otros insectos: Estos no dañarán tu compost, pero puedes evitarlos cubriendo los desechos de la cocina con hojas secas, paja o aserrín.
Exceso o falta de humedad: Esto se puede resolver agregando hojas secas o agua según sea necesario. Luego dale la vuelta al montón vigorosamente.
También te puede interesar:
Si te sirvió esta información, comparte tu experiencia con nosotros en redes sociales. Si prefieres permanecer anónimo, escríbenos un correo electrónico aquí. Queremos escucharte.
Colabora con nosotros. Envíanos tus artículos haciendo clic aquí.