Cultivadores de cannabis en Vail Valley logran reducir la huella de carbono a cero
Por DiosaVerde.org
Todos sabemos que plantar unas cuantas variedades al aire libre resulta una actividad muy ecológica. Sin embargo, desde el punto de vista industrial, sembrar marihuana también puede perjudicar el medio ambiente.
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Por mencionarte algunos ejemplos, producir un kilo de cannabis cuyas cepas se desarrollan en cultivo interior, implica la emisión de 4 mil 600 kilos de dióxido de carbono (CO2). Incluso encender un porro de marihuana, puede provocar un gasto energético equivalente a si dejaras encendido el foco de tu sótano durante 25 horas. Así es; el consumo de agua y electricidad para sembrar cannabis puede provocar altas emisiones de carbono, lo que se conoce como huella de carbono.
Evidentemente, existen métodos para solventar estos problemas: iluminación más ecológica, cultivos hidropónicos que no gastan tanta agua al regar una plantación, etc. Pero principalmente, adecuar el cultivo exterior. Para ello, es necesario contar con las condiciones climáticas y geográficas adecuadas. Tal es la historia de los cultivadores de Vail Valey.
Rob y Linda Trotter son los protagonistas de esta historia, quienes un día se percataron que en el Rancho TNT, contaban con unas excelentes condiciones para cultivar cannabis: el suelo era fértil y el agua proveniente del deshielo montañoso descendía hasta ellos desde 3,800 metros de altura sobre el nivel del mar.
Fue entonces cuando decidieron crear Pot Zero. De acuerdo con la pareja, los productos de marihuana más respetuosos del medio ambiente en Colorado y más allá. Su operación de cultivo al aire libre no crea ninguna huella de carbono.
Rob Trotter comenta:
“Hemos sido bendecidos con un fantástico suelo franco de montaña; luz ultravioleta intensa debido a nuestra elevación de 2,500 metros y el agua que llega directamente a nuestra propiedad desde una montaña prístina de 3,810 metros”.
Una planta hidroeléctrica genera toda la energía que necesita el rancho y más.
Cuando los votantes de Colorado legalizaron la marihuana, Rob y Linda expandieron sus operaciones más allá del heno y el ganado, pero insistieron en hacerlo de la manera en que han hecho todo lo demás: 100 por ciento sostenible, cero huella de carbono y cero químicos.
La granja ha estado en funcionamiento desde mayo de 2015 y se centra en ayudar a las personas a lidiar con el dolor y otros problemas físicos y emocionales, así como evitar los opiáceos:
“Nos apasiona tener la operación más limpia, ecológica y sostenible en Colorado. Desde un punto de vista energético, somos sostenibles. Desde un punto de vista ambiental, somos sostenibles”.
Este hecho consolida un fuerte antecedente para cultivos posteriores de cannabis. Una investigación, publicada en 2011 revela que tan solo el sector del cannabis representaba 1 por ciento de la electricidad empleada en todo Estados Unidos. Asimismo, otro estudio llevado a cabo en 2106, indica que los procesos de cultivo de cannabis consumen 6 mil millones de dólares al año de la energía estadounidense. Suficiente para abastecer a 1,7 millones de hogares.
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Fuentes: thecannabist., humboldtseeds.