Los “dabs”, o extractos de cannabis a base de solventes, ¿ofrecen más riesgos que beneficios?
Por DiosaVerde.org
Si eres amante del cannabis recreativo, seguramente sabes lo que es un dab. Por otra parte, si eres consumidor de marihuana medicinal, tal vez hayas escuchado el término, pero desconozcas su significado. En ambos casos, esperamos proporcionarte información adicional, abordando el término, así como sus peligros y propiedades.
¿Qué es el dabbing y cómo funcionan los dabs?
Los dabs, mejor conocidos como Aceites de Hash Butano (BHO, por sus siglas en inglés), son dosis concentradas de cannabis, producidas mediante la extracción de THC y otros cannabinoides a través de solventes como el butano o el dióxido de carbono. El extracto resultante, de tonalidades amarillas, generalmente tiene la consistencia de la cera; de ahí su apodo más clásico: wax.
Estas “ceras” tienen diferentes grados de consistencia, lo que ha llevado a los dabs a tener otros apodos: miel, resina, shatter, honeycomb, oil, crumble, sap, budder o pull-and-snap.
Para consumir los dabs, se calienta una superficie, generalmente un “clavo” (nail), el cual es un tazón cilíndrico, resistente a altas temperaturas (hecho de titanio, vidrio o cuarzo). Una vez el clavo está casi al rojo vivo, se introduce el extracto y este se vaporiza instantáneamente.
Inicialmente, para vapear dabs solo necesitabas un soplete portátil, el clavo y una pipa de agua de cristal tradicional, o bong, pues la mayoría de los clavos están diseñados para adaptarse a dichas pipas, reemplazando el tazón de vidrio estándar. Sin embargo, la búsqueda de métodos de extracción más avanzados, aunada al desarrollo de una industria cuya versatilidad no ha dejado de innovar, ha incentivado la creación de dispositivos más prácticos y adecuados, aumentando también la popularidad del dabbing.
Si bien es posible extraer compuestos no psicoactivos del cannabis a través del dabbing, como el CBD, son las altas concentraciones de THC lo que los ha vuelto singularmente populares. Mientras que algunas cepas de cannabis consideradas como muy fuertes alcanzan contenidos promedio de THC de entre 20 o hasta 25 por ciento, los dabs ofrecen concentraciones que oscilan de 70 a 90. En este sentido, los efectos obtenidos por fumar cannabis regular o inhalar dabs, podrían ejemplificarse comparando la potencia entre una avioneta de hélices y un jet supersónico. En resumidas cuentas, los dabs representan el método de consumo de cannabis más fuerte que existe.
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¿Cuáles son los riesgos del dabbing?
Empecemos con las malas noticias: practicar el dabbing no está libre de riesgos para productores y consumidores. El proceso puede ser complicado; no obstante, gracias a los foros y videos en línea, muchos “científicos” aficionados creen que han dominado la técnica lo suficiente como para probarla por su cuenta. En el peor de los casos, una combinación de gases inflamables y una ventilación deficiente puede provocar una explosión.
Asimismo, el consumo de dabs ha generado controversias entre los consumidores de cannabis, pues debido a sus riesgos de extracción y consumo, así como a la creciente popularidad de que ha causado una serie de accidentes, parecidos a los ocurridos en pequeños laboratorios improvisados de metanfetamina, donde los solventes estallan, muchas personas afirman que los dabs generan mala fama para la marihuana (incluyendo la modalidad medicinal), sobre todo en un momento en que el activismo, industrias y gobiernos, pugnan por su legalización.
Por mencionar un ejemplo, el 20 de noviembre de 2017, la cadena de noticias La Sexta, con sede en Madrid, informó en su sitio web que tres menores de edad resultaros gravemente heridos en una explosión al intentar extraer dabs. De acuerdo con la noticia, la explosión, ocurrida en Nalda, La Rioja, fue tan grande que destrozó “por completo una vivienda”, dejando cristales tirados por la calle, ventanas rotas, puertas destrozadas y una cocina que literalmente “se vino abajo”. También añade el caso de un hombre que murió en julio del mismo año en una explosión similar, en Murcia. Por último, declara que estos hechos se han vuelto más comunes tanto en Estados Unidos como en territorio ibérico y que en octubre de 2017, la Guardia Nacional desmanteló en Ibiza “el mayor laboratorio de España con este tipo de droga”, donde encontraron “1300 plantas y 28 kilos de aceite de marihuana congelado en planchas”.
Por su parte, Leafly afirma que existen maneras para producir dabs de forma segura; para ello se requiere:
Pruebas de laboratorio (para medir la pureza y potencia de los concentrados).
Disolventes de alta calidad.
Equipos de extracción de circuito cerrado (para evitar accidentes).
Profesionales de extracción entrenados.
Es importante señalar que incluso cuando una extracción de dabs “casera” pudiera salir bien, no hay forma de saber la calidad o pureza del producto terminado. El aceite “sucio” puede tener contaminantes químicos o cantidades excesivas de solventes residuales, que podrían presentar riesgos para la salud de los consumidores.
Muchos dabbers, durante su primer consumo, generalmente toman la ruta económica, comprando lo mínimo: un accesorio para clavos y un soplete manual. Incluso a simple vista, calentar un clavo de metal o vidrio con un soplete puede parecer sumamente peligroso. Para contrarrestar esto, la demanda de métodos más seguros ha dado lugar al desarrollo y comercialización de productos como las uñas electrónicas (enails), que eliminan el soplete y ofrecen un control preciso de temperatura.
Otro factor de seguridad que todos los expertos deben considerar es la potencia de los concentrados de THC. Los extractos de cannabis a menudo se prueban en concentraciones de entre 70 o 90 por ciento de THC, lo que significa que no se necesita consumir mucho para alcanzar una euforia intensa. Al hacerlo por primera vez, muchos podrían superar su límite personal y encontrar efectos incómodos y abrumadoramente fuertes. Si bien es imposible morir por una sobredosis de cannabis, nunca está de más comenzar con una pequeña dosis para garantizar una experiencia positiva y cómoda.
Por último, es importante tener en cuenta que los efectos a largo plazo del dabbing aún son desconocidos, y hasta que la investigación científica no analice a fondo los dabs (considerando individualmente sus solventes, pesticidas y cannabinoides residuales), no es posible caracterizar ningún peligro asociado con su consumo prolongado.
¿Qué beneficios ofrece el dabbing?
Siempre que el dabbing se practique de forma segura, con productos limpios y probados, tanto pacientes que emplean marihuana medicinal, como consumidores recreativos, encuentran varias ventajas. En primer lugar, por su rápido efecto inicial y potentes efectos. Los pacientes que sufren dolor crónico o náuseas extremas informan que la aplicación de dabs puede ser una de las mejores maneras de obtener alivio inmediato y efectivo. Sin embargo, es bastante improbable encontrar un médico que recomiende fumar dabs como un tratamiento disponible con cannabis.
Los extractos de cannabis que han sido fabricados correctamente también pueden ofrecer a los consumidores un producto limpio y puro, más amigable con los pulmones. Cuando se fuma cannabis, la materia vegetal quemada produce resina y humo caliente, pero al vaporizar extractos, la mayor parte de este material no deseado se elimina, mientras te suministra los cannabinoides esenciales en grandes concentraciones.
Otro beneficio de los dabs (comúnmente ignorado) es la curiosidad científica y tecnológica que ha despertado en los últimos años. La creciente popularidad del dabbing ha coincidido con el auge de tecnologías de extracción y consumo: destilados de cannabis, infusiones de terpenos, herramientas de limpieza de alta tecnología, cartuchos de aceite, extracción de espectro completo…, etc. Si bien no todos adoptarían el dabbing como su método de consumo preferido, el entusiasmo por los extractos que se derivan de él, sin duda ha empujado los límites de la innovación en la industria en general.
Uno de los efectos secundarios más sorprendentes de la tendencia del dabbing es que ha despertado el interés de los activistas más jóvenes, principalmente entre aquellos de 20 años. Por ahora, los dabs están bajo la misma represión legislativa que otras formas de cannabis, pero cada vez más activistas están empezando a involucrarse.
Si bien el futuro del dabbing puede seguir experimentando dolores de crecimiento, en general, sus concentrados tienen mucho que ofrecer a pacientes y consumidores de cannabis en el futuro. En cualquier caso, los dabs son apenas una opción más entre muchas.
Después de lo anterior, ¿tú que crees? Presenta el dabbing más peligros que beneficios? Nos gustaría conocer tu opinión.
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Referencias: lasexta, leafly, leafly.
Imágenes: leafly, highTime, YoDabba.