Estas son las dificultades de conseguir marihuana en estados con prohibición
Por DiosaVerde.org
Si bien para muchos estadounidenses los días de escabullirse y andar con tacto cargando una pequeña bolsa de 5 gramos de cannabis ya pasaron, la triste verdad es que, para muchos otros que viven en estados prohibitivos o restrictivos solo para uso médico, el acceso al cannabis seguro y regulado sigue siendo un problema.
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¿Significa eso que aquellos que viven sin acceso al mercado regulado se abstienen por completo del cannabis? ¡Por supuesto que no! Una encuesta de Gallup del año pasado encuestó a adultos estadounidenses en los 50 estados y descubrió que 13 por ciento fuma marihuana “regularmente” u “ocasionalmente”. Es probable que ese número sea mayor en la realidad, ya que los consumidores de cannabis en los estados de prohibición tienden a ser discretos sobre sus humeantes hábitos.
En este punto, cabría preguntarse: ¿Qué puede hacer un amante del cannabis que vive en South Bend, Indiana o Twin Falls, Idaho? Aunque existen desafíos involucrados en el seguimiento del tipo de comportamiento que las personas son reacias a admitir a los encuestadores y a los responsables políticos, existen estadísticas, opiniones de expertos y testimonios anecdóticos que esbozan una imagen de las complicadas realidades de obtener marihuana en los estados donde la prohibición impera.
Éxodo medicinal
Para quienes no son consumidores ocasionales, sino pacientes médicos o padres de un paciente médico, además de trasladarse a un estado legal, puede haber pocas opciones. Claro, es difícil rastrear las migraciones motivadas por el cannabis, pero hay muchas anécdotas sobre personas con necesidades desesperadas que se mudaron de los estados de prohibición, e incluso de otros países, a lugares como Colorado para obtener un acceso seguro al cannabis. Justo ese es el tema de un documental de 2014 presentado por el doctor Sanjay Gupta y la parte 2 de una serie de CNN sobre cannabis que ayudó a llamar la atención sobre la difícil situación de los refugiados médicos que necesitan cannabis, y a cambiar la opinión de las personas sobre los valores medicinales de la planta.
Migración recreativa y buscadores de empleo
Además del grupo anterior, hay estadounidenses que pasan de un estado de prohibición a un estado de uso para adultos porque, al menos en parte, la política de cannabis es más indulgente en su estado de destino. Algunas personas simplemente odian violar la ley, y otras corren el riesgo de perder el empleo u otras consecuencias graves por comprar y consumir cannabis. En un artículo académico titulado La fiebre de la marihuana: ¿Es la marihuana legalizada una amenidad local positiva?, los investigadores descubrieron que los potenciales inmigrantes a Colorado realmente veían el cannabis legalizado como un atractivo.
Según Mason Tvert, vicepresidente de comunicaciones de VS Strategies y ex director de comunicaciones del Proyecto de Política de Marihuana, “la legalización juega con la visión más amplia de las personas de lo que es un estado, o cómo es”. Aquellos que valoran una atmósfera progresiva pueden tener en cuenta el estatus legal del cannabis al decidir dónde vivir. Otros, específicamente graduados universitarios recientes, buscan ingresar a la industria, y se trasladan a estados legales buscando oportunidades de trabajo.
Recurrir al dealer
Algunos consumidores de cannabis, obviamente, hacen lo de siempre: comprar hierba con su dealer, quien casi por lo general se abastece de los productores del mercado negro. Los productores en el espacio no regulado, por supuesto, vienen en todas las variedades. Si bien podría haber algunos inmersos en la ética de la compasión, y arriesgan su libertad para proporcionar medicamentos y disfrute a los demás, no todos los productores independientes acatan prácticas de cultivo seguras y basadas en principios. En todo caso, debido a que carecen de acceso al régimen de pruebas legales, es imposible para un comprador promedio saber qué hay realmente en el cannabis comprado a una fuente no regulada.
Por supuesto, otros productores y fabricantes de mercados ilícitos no son tan éticos. Pesticidas, hongos, mohos, e. coli y otros contaminantes se encuentran regularmente en productos de cannabis procedentes del mercado ilícito. Otro caso de los peligros de consumir marihuana o alguno de sus derivados no regulados correctamente o falsificados, es el de las enfermedades de vapeo, que se refieren principalmente a los cartuchos del mercado negro contaminados.
Y aunque el mercado ilícito aún prospera en California, en gran parte debido al menor costo de la hierba, los consumidores en su mayoría tienen una opción. En los estados de prohibición, por otro lado, las opciones son mucho menores y los usuarios corren el riesgo de comprar y consumir productos contaminados. Ahí radica uno de los argumentos más convincentes para legalizar el cannabis: proporcionar acceso seguro.
Clientes inconscientes de carteles internacionales de drogas
El chico o chica local que vende en ciudades y pueblos de todo Estados Unidos, podría provenir de cárteles internacionales, quienes también están implicados en violencia, comercio de armas y tráfico de personas. Históricamente, los cárteles han tomado de 20 a 30 por ciento de sus ganancias del contrabando de cannabis, pero el abundante suministro de hierba doméstica legal disponible hoy los ha llevado a cambiar de hierba a cocaína, opioides, metanfetamina y drogas de similares características. Pero, aun así, los cárteles siguen involucrados de manera más pequeña en el mercado ilícito de cannabis.
Cultivadores caseros
Algunos consumidores en los estados prohibitivos están recurriendo al cultivo doméstico, aunque los riesgos siguen siendo significativos en ciertas jurisdicciones. En Idaho, donde aún no se ha aprobado una legislación favorable al cannabis, incluso la posesión de CBD derivado del cáñamo podría causar un enfrentamiento con la ley. Aunque la Ley Agrícola de 2018 legalizó efectivamente el cáñamo en los 50 estados, todavía no se han establecido reglas y regulaciones específicas, lo que ha llevado a ciertos estados como Idaho a retrasar el cumplimiento de la ley.
Justo así es: en la edad de oro del cannabis, una persona aún puede ser arrestada técnicamente en Idaho por tener tan solo una tintura de CBD, ya sea por una abuela artrítica o un niño enfermo. Cultivar una variedad rica en THC podría costarle 5 años en la cárcel y una multa de 50,000 dólares.
Turismo cannábico
Otra opción para aquellos que viven en estados prohibitivos es participar en la industria del turismo cannábico. Muchas empresas han surgido en estados legales y atienden a los consumidores de cannabis o a los curiosos que buscan probar el mercado legal. Cabe mencionar que, al ser el más establecido de los 11 estados con marihuana recreativa legal, Colorado lidera este mercado.
Comprar hierba regulada, pero ilegal
Como es de esperar, los empresarios están encontrando formas de activar el flujo de cannabis recreativo a los estados de prohibición. Es ilegal, pero no deja de ser un buen negocio. También es la opción más sólida para algunos consumidores que desean un producto regulado, pero que no viven en el estado correcto.
En este contexto, hay quienes compran cannabis a un vendedor, quien a su vez compra en los dispensarios de algún estado donde es legal. Ese vendedor conduce durante horas a su estado de origen con un automóvil lleno de cannabis, o lo envía de vuelta a través de USPS.
Existe un riesgo tanto para el comprador como para el vendedor en este escenario. Sin embargo, sabemos que la percepción está cambiando: la rigidez de la policía, impulsada por el crecimiento exponencial del mercado de CBD y el discurso nacional en evolución sobre el cannabis, se ha relajado un poco más. Incluso aquellos que quizás nunca antes hayan comprendido los beneficios de la planta, ahora ven que hay muchas maneras de consumirla de manera responsable y, por lo tanto, la policía se está volviendo más indulgente.
Excursiones a otros estados
También hay quienes recorren algunos kilómetros para trasladarse a otro estado cercano con marihuana legal, hacen sus compras y regresan a su localidad de origen. Esta es una de las opciones más adecuadas para quienes viven cerca de otras jurisdicciones legales.
La prohibición es una política fallida
Aunque persiste alguna forma de prohibición en la mayoría de los estados de la Unión Americana, los estadounidenses consumen mucho cannabis. De hecho, fuman, vapean o comen; también lo consumen de otras maneras porque se siente bien o ayuda con problemas de salud insolubles. En cualquier caso, es mucho más seguro que el alcohol y los opioides.
Además, los estados donde el cannabis es legal, recurrieron a sus respectivas reformas de leyes vinculadas al cannabis precisamente porque la prohibición no funcionaba. Esperemos que el efecto dominó de la legalización no solo continúe, sino también que lo haga más de prisa. Con toda seguridad, muy pronto veremos que en lugar de 11 serán 12 y 13 los estados con marihuana recreativa legal… Y así consecutivamente.
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Fuentes: civilized, diosaverde, gallup, youtube, onelinelibrary, vicentesederberg, vox, bizjournal.
Fuentes de imagen: cañamo, vice, argweed, greenrushdaily, galatea, sipse, criptonoticias.