Dudaba de la veracidad del CBD, pero este aceite superó mis expectativas
Por DiosaVerde.org
Todos tenemos un día lluvioso, especialmente con el ritmo de vida actual, lleno de estrés. Trabajar no es siempre un gusto. A veces se convierte en una obligación que hay que cubrir independientemente de tu estado de físico o anímico. Obviamente, las ventas no iban del todo bien; la preocupación tenía los músculos de mi espalda atados como un nudo ciego; los gastos seguían acumulándose y mi hijo de tres años tenía fiebre. En resumidas cuentas, no podía dejar de pensar y el descanso por las noches estaba lejos de ser reparador.
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Evidentemente, el puro deseo de calmar mi mente llenándola con pensamientos positivos funcionaba por breves momentos. Incluso me costaba demasiado trabajo levantarme a hacer ejercicio y, cuando lo lograba, acababa más adolorido en lugar de reconfortado. Ni siquiera los masajes que mi esposa me procuraba con gran dedicación aliviaban mi espalda. Evidentemente, me hacía falta algo más que me ayudara a recuperar mi rendimiento. Gracias al regalo de un amigo, recibí en la puerta de mi casa una botella de 30 ml de Charlotte’s Web. Desde entonces, no he vuelto a ser el mismo.
De no ser por mi desánimo, el dolor muscular, aquellos días complicados y el regalo de mi gran amigo, jamás habría experimentado con CBD. La verdad, yo nunca habría gastado 149 dólares en algo así, pues no suelo comprar cosas innecesarias, aún menos si dudo de su veracidad. No obstante, unos meses después yo mismo hice un pedido. Los resultados hablaban más que cualquier estrategia publicitaria.
Me queda claro que el CBD no era un producto milagroso. Mi hijo, cuya fiebre se debía a que contrajo sarampión en el kinder aún no se curaba y los gastos no frenaban su curso, pero sí cumplió su promesa: después de la primera semana de ingerir unas cuantas gotas, su llanto ya no me sonaba tan preocupante, mis músculos y nervios se aflojaban sutilmente y, después de una noche de verdadero sueño reparador, percibía los días más coloridos y luminosos. Hasta mis clientes se percataron de mi renovado semblante: de modo más amigable y alegre, me resultaba mucho más fácil convencerles de comprar mis productos.
Los efectos se agudizaron aún más después de ajustar la dosis. Aproximadamente un mes después, incrementé mi consumo de 50 a 100 mg por día, en ocasiones repartidos en dos dosis, pero casi siempre en una sola toma, poco antes de cenar. Descubrí que me funcionaba mejor cuando lo ingería alejado de las comidas que consumía durante el día. De esta manera, además, permanezco relajado durante la noche, pero lo suficientemente alerta como para hacer mi itinerario del siguiente día y ver de vez en cuando una película completa sin quedarme dormido (a menos que desee apagar el televisor y dormir). Esencialmente, es como estar muy tranquilo y con una actitud despreocupada sin estar drogado.
También aprendí que la dosis ideal varía de persona a persona. Mi amigo, a quien debo la fortuna de haber conocido el CBD, consume solo 50 mg durante una sola ingesta, mientras que yo, como ya dije, uso 100 mg.
Lo que sí no me quedaba del todo claro era las posibles razones por las cuales esta dosis es perfecta para mí. Tampoco por qué la patente de este aceite de espectro completo de CBD proveniente de esta determinada compañía me funciona. Obviamente, después de algunos meses, intenté probar con otras marcas similares y me decepcioné. Estaba casi seguro de la existencia de un “placebo de marketing” implicado: The New York Times se refirió recientemente a Charlotte’s Web, fundada por los siete hermanos Stanley en 2012, como “el Uber del CBD”.
Sin embargo, cuando contacté a la compañía a través de la página de Charlotte’s Web, para cuestionarlos acerca de por qué ciertas marcas parecen funcionar mejor que otras, así como la diferencia de dosis entre diferentes personas, me respondieron después de unos días que el sistema endocannabinoide humano se puede activar con el CBD, y que los extractos de hemp poseen diferentes genéticas:
“Cada genética de cáñamo tiene el potencial de ser especial: todos tenemos nuestra propia composición única, nuestro propio sistema endocannabinoide único con el que estos productos funcionan y ayudan a equilibrarlo”.
El aceite de CBD de Charlotte’s Web es conocido como un aceite de espectro completo. Esto quiere decir que incluye compuestos de toda la planta, en lugar de solamente CBD aislado, lo cual favorece el “efecto séquito”: la planta entera de cáñamo con sus diferentes compuestos trabaja con mayor eficacia en conjunto que cualquiera de sus componentes aislados. Por lo tanto, como podrán suponer, incluye 0.3 por ciento de THC, el cannabinoide responsable de la euforia al consumir marihuana. Sin embargo, al ingerir el aceite de CBD de Charlotte’s Web nunca he experimentado una euforia. Lo más que he logrado sentir, debo confesarlo, una vez que ingerí 300 mg para ver qué pasaba es ver los tonos del cielo un poco más vivos y que la fruta adquiría sabores más pronunciados. Asimismo, de toda esta vivencia, solamente experimenté un efecto secundario que hasta la fecha no me gusta mucho: mi apetito se incrementó.
A pesar de esto, mi vida ha cambiado favorablemente, hago ejercicio con regularidad y sin dolor, me siento más relajado al enfrentar situaciones diarias que antes me estresaban mucho, duermo profundamente y mi hijo está ahora sano, inquieto y travieso.
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Fuentes: nymag, charlottesweb, nytimes, nytimes.