Guía básica para cultivar marihuana en exteriores
Por DiosaVerde.org
Cultivar cannabis es una experiencia divertida y gratificante, aunque también puede significar un desafío y requerir cierta cantidad de tiempo y dinero. No obstante, para muchos, un cultivo en interior es probablemente una opción demasiado costosa. Por ello, cultivar en exterior podría ser tu mejor alternativa.
Afortunadamente, un pequeño jardín al aire libre puede producir mucho cannabis de calidad sin una gran inversión monetaria. Si tienes acceso a un lugar soleado en un patio privado o incluso en un balcón, terraza o azotea, es suficiente para cultivar cannabis con éxito.
Esta guía para cultivo en exteriores abordará todos los factores básicos que debes tomar en cuenta.
1.- Considera el clima
Es crucial tener una buena comprensión del clima en el área donde vas a cultivar. El cannabis es altamente adaptable a diversas condiciones, pero también es susceptible a condiciones climáticas extremas.
Las temperaturas sostenidas por encima de los 86 ° F (30 ° C) harán que las plantas dejen de crecer, mientras que las temperaturas continuas, por debajo de los 55 ° F (12°C) pueden causar daños y atrofiar las plantas, incluso matarlas.
Las lluvias constantes y los fuertes vientos también pueden causar daños físicos y reducir los rendimientos. Asimismo, la humedad excesiva puede provocar moho y oídio, especialmente durante la fase de floración.
Además de los patrones climáticos, debes comprender cómo cambia la duración del día a lo largo de las estaciones en su área. Por ejemplo, en algunas latitudes habrá lugares con más de 14 horas de luz natural en el solsticio de verano (el día más largo del año), mientras que en otras habrá aproximadamente 16 horas de la luz el mismo día.
Comprender la cantidad de luz solar a lo largo del año es crucial para hacer que las plantas pasen de la etapa vegetativa a la floración y empiecen a producir brotes.
Por lo tanto, es bueno utilizar los recursos locales. Los jardineros experimentados tendrán un gran conocimiento sobre el cultivo de flores y verduras. Esa información también se puede aplicar al cultivo de cannabis. Si tienes experiencia en jardinería y cultivo de verduras, probablemente encontrarás que cultivar cannabis al aire libre es una tarea bastante fácil.
2.- Elige un espacio para tu cultivo
Seleccionar un espacio para tu jardín al aire libre es una de las decisiones más importantes que tomarás, especialmente si estás plantando directamente en el suelo o en grandes contenedores inmóviles.
Las plantas de cannabis deben recibir la mayor cantidad posible de luz solar directa, idealmente durante el mediodía, cuando la calidad de la luz es la mejor. A medida que la temporada cambia y se acerca el otoño, tus plantas recibirán cada vez menos luz solar durante el día, lo que desencadenará la etapa de floración.
Tener una brisa constante es bueno para tus plantas, especialmente en climas cálidos. No obstante, si vives en un área con vientos fuertes, considera plantar algún tipo de protección contra el viento, como una pared, una cerca o arbustos grandes.
Finalmente, querrás considerar la privacidad y la seguridad. Mucha gente quiere ocultar sus jardines de vecinos críticos y posibles ladrones. Las cercas altas y los arbustos o árboles grandes son tu mejor opción, a menos que vivas en un área aislada.
Algunos cultivadores plantan en balcones o techos protegidos de la vista usando contenedores, mientras que otros construyen jaulas de alambre de calibre pesado para mantener a raya a los ladrones y animales. Decidas lo que decidas, piensa qué tan grande deseas que sea tu planta final: las plantas de cannabis al aire libre pueden crecer hasta 15 pies de altura (1.5 m) o más, dependiendo de cuánto las dejes crecer.
3.- Decidir la genética
El éxito de tu cultivo de cannabis al aire libre también dependerá de elegir la variedad adecuada para tu clima y ubicación particular. Si vives en un área con un historial de cultivo de cannabis, es muy probable que muchas variedades crezcan con éxito allí, y algunas incluso pueden haber sido criadas específicamente para tu clima.
Semillas vs. Clones
Las plantas que crecen a partir de semillas pueden ser más abundantes que las plantas jóvenes en comparación con los clones. Puedes plantar semillas directamente en el jardín a principios de primavera, incluso en climas fríos y húmedos.
El principal inconveniente de cultivar a partir de semillas es que no hay garantía en cuanto a qué germinará. Si tus semillas no vienen feminizadas, podrías terminar con machos y hembras, en cuyo caso necesitarás separarlas para deshacerte de los machos, pues solo las hembras producen cogollos.
Incluso si todas las plantas son hembras, cada una será un fenotipo diferente de la misma cepa. Para obtener la mejor versión de esa variedad, deberás seleccionar el mejor fenotipo, lo cual puede ser un proceso largo. Muchos cultivadores principiantes comienzan con semillas feminizadas.
Dependiendo de la legalidad del cannabis en tu localidad, puedes comprar clones o plántulas en un dispensario local. Si deseas cultivar un clon, puedes consultar este enlace para plantarlo y desarrollarlo adecuadamente.
Las semillas autoflorecientes son otra opción popular para el cultivo en exteriores, ya que comienzan a florecer tan pronto como alcanzan la madurez, sin importar la duración del día. Puedes tener un cultivo de rápido crecimiento o ajustar múltiples cosechas en un año con cannabis autofloreciente.
La desventaja del cannabis autofloreciente es que tiende a ser menos potente.
4.- Suelo o sustrato
El suelo se compone de tres componentes básicos en varias proporciones:
Arcilla
Arena
Limo
Puedes plantar directamente en el suelo o comprar tierra y ponerla en macetas. Las plantas de cannabis prosperan en un suelo rico en materia orgánica y necesitan un buen drenaje. Si decides plantar directamente en el suelo, deberás comprender la composición del sustrato y enmendarla en consecuencia.
Los suelos arcillosos pesados se drenan lentamente y no contienen bien el oxígeno, por lo que deberán ser enmendados en gran medida. Al menos un mes antes de la siembra, cava hoyos grandes donde colocarás tus plantas de cannabis y mezcla grandes cantidades de composta, estiércol, colada de gusanos u otra materia orgánica descompuesta. Esto proporcionará aireación y drenaje, así como nutrientes para las plantas.
El suelo arenoso es fácil de trabajar, drena bien y se calienta rápidamente, pero no retiene bien los nutrientes, especialmente en ambientes lluviosos. Una vez más, querrás cavar hoyos grandes para tus plantas y agregar composta, turba o coco, lo que ayudará a unir el suelo. En climas cálidos, el suelo arenoso debe ser cubierto para ayudar a retener el agua y evitar que las raíces se calienten demasiado.
El suelo limoso es el medio de crecimiento ideal. Es fácil de trabajar, se calienta rápidamente, retiene la humedad, tiene un buen drenaje y contiene muchos nutrientes. El mejor suelo limoso es el oscuro franco y espumoso; es fértil y probablemente no necesite ninguna enmienda.
5.- Fertilizante
Las plantas de cannabis requieren una gran cantidad de nutrientes durante su ciclo de vida, principalmente en forma de nitrógeno, fósforo y potasio. La forma en que elijas alimentarlos dependerá de la composición del suelo y de tus propios métodos.
Los fertilizantes comerciales destinados a jardineros locales pueden usarse si conoces bien cómo funcionan y qué necesitan tus plantas. Sin embargo, un cultivador principiante podría querer evitar estos, especialmente los fertilizantes granulares de liberación prolongada.
Puedes comprar soluciones nutritivas diseñadas específicamente para el cannabis en alguna tienda de cultivo local, pero generalmente son caras y pueden dañar las bacterias del suelo; generalmente están compuestas de sales minerales sintéticas y están diseñadas para el cultivo en interiores.
La fertilización orgánica aprovecha al máximo la vida microbiana en el suelo y minimiza la escorrentía dañina. Hay muchos fertilizantes naturales y orgánicos disponibles en las tiendas locales dedicadas a “hogar y jardín”, tales como harina de sangre, harina de huesos, harina de pescado, guano de murciélago y comida de algas.
Comienza con fertilizantes que sean económicos y estén fácilmente disponibles. Algunos de estos materiales liberan nutrientes rápidamente y son fáciles de usar por la planta, mientras que otros tardan semanas o meses en liberar nutrientes utilizables. Si lo haces correctamente, puedes mezclar algunos de estos productos con las enmiendas de tu sustrato para proporcionar suficientes nutrientes durante toda la vida de sus plantas.
6.- Contenedores
Es posible que tengas que poner todas tus plantas en contenedores si no tienes una extensión adecuada de tierra. Además, si no puedes realizar el trabajo pesado necesario para cavar hoyos y enmendar el sustrato, los contenedores pueden ser la única forma de cultivar tu propio cannabis en el exterior.
La ventaja de los contenedores es que se pueden colocar en balcones, patios, techos y muchos otros lugares. Si es necesario, además, puedes moverlos durante el día para aprovechar el sol o protegerlos del calor y/o viento excesivo. También puedes usar los nutrientes de cannabis comunes diseñados para el cultivo en interiores, ya que utilizarás suelo premezclado. Esto eliminará muchas de las conjeturas de fertilizar tus plantas.
Es importante tomar en cuenta que las plantas que crecen en macetas, cubos o barriles probablemente serán más pequeñas que las plantadas en el suelo, pues su crecimiento de raíz se limita al tamaño del recipiente. En un sentido estricto, el tamaño de la maceta determinará el tamaño de la planta, aunque es posible cultivar plantas grandes en recipientes pequeños si se usan las técnicas adecuadas.
En general, las macetas de 5 galones son de buen tamaño para plantas pequeñas o medianas de exterior, y las macetas de 10 galones o más grandes se recomiendan para plantas grandes. Independientemente del tamaño, querrás proteger las raíces de tus plantas del sobrecalentamiento durante el clima cálido, ya que las macetas pueden calentarse rápidamente con la luz solar directa. Esto limitará severamente el crecimiento, así que asegúrate de sombrear tus contenedores cuando el sol esté alto.
7.- Agua
Si bien los jardines de cannabis al aire libre tienen la ventaja de utilizar la lluvia y el agua subterránea, lo más probable es que tengas que regar tus plantas con frecuencia, especialmente en los calurosos meses de verano. Algunas plantas de cannabis gigantes pueden usar hasta 10 galones de agua todos los días en climas cálidos.
Los cultivadores que viven en lugares cálidos y áridos a menudo excavan y colocan tierra arcillosa o rocas debajo de sus hoyos de siembra para disminuir el drenaje, o siembran en depresiones poco profundas que actúan para canalizar el escurrimiento hacia otras plantas. Agregar cristales de polímero absorbentes de agua al suelo es otra buena manera de mejorar la retención de agua. Riega tus plantas en profundidad por la mañana para que tengan un suministro adecuado durante todo el día.
Si vives en un clima particularmente lluvioso, es posible que debas tomar medidas para mejorar el drenaje alrededor de tu jardín, ya que las raíces de cannabis son susceptibles a las enfermedades causadas por hongos cuando se inundan. Estas técnicas incluyen:
Plantar en lechos o montículos elevados.
Cavar zanjas que alejen el agua del jardín.
Agregar grava al suelo, guijarros de arcilla o perlita.
Si utilizas agua entubada o de pozo, toma en cuenta que puede contener altos niveles de minerales disueltos que pueden acumularse en el suelo y afectar el nivel de pH, o también altos niveles de cloro que pueden matar microorganismos beneficiosos en el suelo. Muchas personas filtran su agua o utilizan agua reposada. Para el agua reposada, puedes llenar una o varias cubetas (dependiendo de tu necesidad) y dejarla (s) bajo el sol durante 24 horas. Esto podría ayudar a evaporar el cloro.
Las plantas cultivadas en climas cálidos o ventosos deberán regarse con mayor frecuencia, ya que las altas temperaturas y los vientos obligan a la planta a transpirar a un ritmo más rápido.
Recuerda que el riego excesivo es un error común que cometen los cultivadores novatos: la regla general es regar profundamente, luego esperar hasta que una pulgada superior o dos de la tierra estén completamente secas antes de regar nuevamente. En este enlace puedes checar algunos consejos para regar adecuadamente tus plantas.
8.- Protege tus plantas de cannabis
Sin la capacidad de controlar el medio ambiente tan fácilmente como en cultivos interiores, los cultivadores de cannabis al aire libre tienen que proteger sus plantas de las tormentas y otros eventos climáticos que podrían dañar o incluso matar plantas.
Cambios de temperatura
Las temperaturas por debajo de los 40 ° F (4° C) pueden dañar rápidamente la mayoría de las variedades de cannabis, por lo que si vives en un clima donde las heladas de finales de primavera o principios de otoño son comunes, intenta usar un invernadero u otro recinto de protección.
Condiciones del viento
Los fuertes vientos pueden romper ramas y estresar demasiado tus plantas. Si tu cultivo está ubicado en un lugar particularmente ventoso o si está esperando un golpe particularmente fuerte, establece cortavientos. Esto puede ser tan simple como colocar láminas de plástico alrededor de las plantas.
Lluvia
Si bien es útil para regar tu jardín, la lluvia es generalmente vista como una molestia para los cultivadores de cannabis. Puede dañar gravemente tu cultivo y causar moho y hongos. Especialmente, cuando están floreciendo, no querrás lluvia en tus plantas de cannabis.
Puedes construir un invernadero de madera o simplemente usar láminas de plástico y estacas para construir un refugio temporal sobre tus plantas cuando sepas que las lluvias están en camino.
Plagas
Proteger tu cultivo de las plagas puede ser un desafío. Dependiendo de dónde vivas, es posible que tengas que mantener a raya a animales grandes como los ciervos, construyendo una cerca alrededor de tu cosecha.
No obstante, el desafío más difícil es lidiar con la gran variedad de insectos rastreros y voladores que pueden atacar tus plantas.
La mejor protección es simplemente mantener tus plantas saludables. Las plantas de cannabis fuertes y vigorosas tienen una resistencia natural a las plagas que hace que las infestaciones menores sean fáciles de tratar. También es una buena idea mantener las plantas de cannabis separadas de otras flores, vegetales y plantas ornamentales, ya que las plagas pueden propagarse fácilmente entre ellas.
Examina meticulosamente tus plantas unas cuantas veces a la semana para detectar plagas. Una infestación es mucho más fácil de tratar si se detecta a tiempo.
Hay muchos pesticidas orgánicos diseñados específicamente para el consumo de cannabis. Los insectos beneficiosos también son una excelente opción.
Ahora ya cuentas con los conocimientos suficientes para comenzar con éxito tu propio cultivo de cannabis al aire libre. Cultivar plantas es un pasatiempo agradable y gratificante, así que recuerda, ¡pasa mucho tiempo con tus plantas y diviértete!.
Referencias: diosaverde , diosaverde , leafly
Imágenes: growbarato , matillaplant , Humboldtseed
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