Legalización del cáñamo impulsaria la industria de cannabis
Por DiosaVerde.org
El Congreso de Estados Unidos aprobó en diciembre la legalización del cultivo de cáñamo a gran escala y su eliminación de una lista de sustancias controladas.
El proyecto Farm Bill, firmado por Trump en 2018, permite el cultivo de cáñamo y la transferencia de productos derivados del mismo a través de líneas estatales con fines comerciales u otros.
Además, Jeff Sessions ―uno de los mayores opositores de la administración de Trump a la marihuana legal― ya no ostenta el cargo de Procurador General de Estados Unidos y los federales han eliminado todas las restricciones sobre la venta, transporte o posesión de productos derivados del cáñamo producidos de una manera consistente con el ley. Esto significa que la vida de los vendedores de Cannabidiol ―mejor conocido como CBD―, es ahora mucho más fácil.
El cáñamo y la marihuana son plantas de cannabis, pero la diferencia es muy clara: el cáñamo tiene menos del 0.3 por ciento de THC, la sustancia química que hace que la gente se ponga eufórica. Entretanto, la marihuana tiene entre 5 y 35 por ciento de THC.
El cáñamo tiene muchos usos industriales y se puede encontrar en alimentos, ropa, productos para el cuidado del cuerpo e incluso automóviles, lo cual abre enormes oportunidades al cannabis industrial, pero además, hay que tomar en cuenta una industria descomunal que ya opera desde hace años y cuyo futuro es prometedor después de la aprobación del cáñamo: la marihuana medicinal, ya que el cáñamo es una fuente importante para la extracción de aceite de CBD, otra sustancia química en la planta que tiene propósitos medicinales, pero sin consecuencias psicoactivas.
Investigadores y testimonios afirman que el CBD puede tratar enfermedades como la ansiedad, la depresión, el estrés, el insomnio, la inflamación muscular, el dolor en las articulaciones e incluso el acné. La industria del cannabis no solo vende marihuana en los estados donde es legal. El CBD, que se utiliza en aceites, lociones y alimentos, se ha convertido en una fuente importante de ingresos para la industria en los estados donde la marihuana sigue siendo ilegal.
A pesar de que el cáñamo no posee cualidades psicoactivas, todas las plantas de cannabis fueron prohibidas en 1970, cuando se creó la Administración de Control de Drogas y se comenzó a luchar contra “La guerra contra las drogas”. Sin embargo, el nuevo Farm Bill, que asigna miles de millones de dólares en subsidios a los agricultores estadounidenses, ha puesto fin a todo eso.
La nueva ley significa que los fabricantes de productos de CBD pueden comprar materias primas a través de líneas estatales y vender sus productos sin la amenaza de arresto. Además, Farm Bill permite a los cultivadores de cáñamo solicitar un seguro federal de cosechas, y permite a los fabricantes y vendedores de productos de CBD recibir servicios financieros de bancos y compañías de procesamiento de tarjetas de crédito. Este hecho es enorme, tomando en cuenta que la incapacidad para realizar transacciones financieras no monetarias ha sido uno de los principales obstáculos para la industria.
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Fuente: Forbes