Marihuana: sus efectos y riesgos según la ciencia

Según un artículo, publicado en Medical News Today, el cannabis, a pesar de tener propiedades medicinales, también provoca adicción y riesgos en la salud de sus consumidores.

Consumo

A nivel mundial, la marihuana es la planta ilícita más utilizada. Clasificada como una sustancia controlada de la Lista 1, altera el estado de ánimo y afecta a casi todos los órganos del cuerpo.

En Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 16 estudiantes de secundaria informaron haber consumido marihuana (cannabis) todos los días en 2017.

Según la Encuesta nacional sobre salud y el uso de las drogas (NSDUH), realizada en 2013, 80.6 por ciento de las personas que consumieron drogas ilícitas en Estados Unidos utilizaron marihuana.

La marihuana puede inhalarse a través del vapor (humo), prepararse como té, aplicarse como bálsamo o ingerirse en productos como brownies o barras de chocolate.

Asimismo, puede emplearse como auxiliar para tratar dolor crónico, espasticidad muscular, anorexia, náuseas y trastornos del sueño.

La marihuana medicinal se refiere a la marihuana entera o sus ingredientes, como el cannabidiol (CBD), componente base de diversos medicamentos aprobados.

Otro compuesto activo es el delta-9-tetrahidro-cannabidinol (THC), valorado principalmente en el mercado recreativo.

Los efectos del uso recreativo de la marihuana incluyen mareos, sensación de relajación, aumento del apetito y disminución de la presión arterial.

El cannabidiol o CBD es el componente de la marihuana más empleado en el ramo medicinal. Esta sustancia no tiene propiedades enervantes.

Efectos

El THC y otros cannabinoides en la marihuana son similares a los cannabinoides producidos por el cuerpo. Estos cannabinoides naturales actúan como neurotransmisores que envían mensajes químicos entre las células nerviosas (neuronas) a través del sistema nervioso.

A su vez, estos neurotransmisores afectan las áreas del cerebro involucradas en la memoria, pensamiento, concentración, movimiento, coordinación, percepción sensorial y temporal, así como el placer. Los receptores que responden a estos cannabinoides también reaccionan al THC, alterando la función cerebral normal.

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Algunos estudios han demostrado que el THC afecta áreas del cerebro que controlan la memoria.

También interrumpe otras partes del cerebro, afectando adversamente el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Esto puede hacer que sea inseguro conducir un automóvil, operar maquinaria pesada o practicar deportes u otras actividades físicas potencialmente peligrosas.

Otros efectos son:

• Mayor frecuencia cardíaca.

• Reducción de la presión arterial.

• Deterioro de la concentración y la memoria.

• Coordinación psicomotora reducida.

• Náuseas (aunque algunos cannabinoides pueden ayudar a reducirlas).

• Aumento de apetito.

Dependiendo de la duración y cantidad de consumo, algunos rastros de THC podrían estar presentes en la orina durante varios meses después de su consumo.

Riesgos

A continuación se incluyen algunos ejemplos de hallazgos que sugieren o demuestran algunas consecuencias negativas de consumir cannabis:

• Problemas reproductivos: De acuerdo con una revisión de estudios con animales, el consumo de cannabis podría conducir a una disfunción sexual.

• Respuesta inmune: Según una investigación, fumar marihuana podría eventualmente suprimir el sistema inmunológico del cuerpo, haciendo que el usuario sea más susceptible a ciertos tipos de cáncer e infecciones.

• Psicosis: Ciertas investigaciones sugieren que el uso prolongado de marihuana podría aumentar el riesgo de desarrollar psicosis.

• Riesgo de enfermedad de las encías: Un estudio indicó que fumar cannabis aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad de las encías, independientemente de si el usuario fuma tabaco.

• Reducción de la función cerebral: Los investigadores descubrieron que los usuarios habituales de cannabis que comenzaron antes de los 15 años, no obtuvieron puntuaciones tan buenas en las pruebas cerebrales como sus contrapartes, que comenzaron a consumirlo en edades más avanzadas.

• Pérdida de memoria aguda: Un estudio británico sugiere que los fumadores de potentes variedades de cannabis pueden tener un mayor riesgo de pérdida de memoria aguda.

• Cambios en el ADN humano: Una investigación británica encontró pruebas convincentes de que el humo del cannabis daña el ADN humano, de tal manera que el usuario podría ser más susceptible a desarrollar cáncer.

• Cáncer de testículo: Una revisión de 2015 y un análisis de tres estudios anteriores encontraron que el uso frecuente o prolongado de marihuana puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de testículo, pero se necesita más evidencia para confirmarlo.

Adicción

El cannabis, como otros analgésicos, puede provocar dependencia y adicción.

Con el tiempo, la sobreestimulación severa y persistente de los neurotransmisores que se unen a los receptores cannabinoides, puede causar cambios en el cerebro que resultan en un trastorno de adicción.

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), las personas que comienzan a consumir marihuana a una edad temprana y son usuarios intensivos, tienen más probabilidades de desarrollar dependencia.

Abstinencia

La abstinencia abrupta del cannabis puede ser incómoda, pero no mortal.

El retiro comienza el segundo día después de la interrupción y puede durar hasta semanas.

Los síntomas de abstinencia incluyen:

• Ansiedad

• Irritabilidad

• Insomnio

• Dolor de estómago

• Disminución de apetito

Los problemas de sueño pueden persistir potencialmente más allá de ese periodo de tiempo.

El alcance total de riesgos a largo plazo para la salud del consumo crónico de cannabis es actualmente desconocido. No hay manera de determinar quién desarrollará reacciones físicas, psicológicas u otras reacciones no deseadas graves.

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Fuente: Medicalnewstoday.