Quizás reconsideres llamar al cannabis “marihuana”, pues es una palabra con orígenes muy racistas
Por DiosaVerde.org
Existen cientos de maneras para referirse al cannabis: ganja, weed, porro, yerba, maría, crippy, bacha… Podrías encontrar muchas otras incluso en la localidad más recóndita del planeta, pues antes de que la hierba alcanzara prestigio internacional como un producto casi milagroso, comercializado por miles de empresas, ya era más famosa que los Beatles y empleada desde épocas anteriores al Descubrimiento de América.
De todas las palabras para nombrar a la planta, que van desde su nombre científico oficial: cannabis sativa, pintorescas como “juanita” o codificadas como “pasto” o “café”, dada su ilegalidad, prevalece una que ha sido ampliamente difundida, y cuyo empleo tuvo connotaciones despectivas y racistas, específicamente en la Unión Americana de los años 30: “MARIHUANA”.
Por supuesto, el término marihuana es también anterior a esta década e incluso no existe una teoría irrefutable sobre su origen etimológico, aunque sí muchas hipótesis. A continuación, te mencionamos las dos más comunes.
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¿De dónde viene la palabra “marihuana”?
Una de las hipótesis más reconocidas y aceptadas es que la palabra marihuana viene del náhuatl malli (hierba que se enrosca o planta para tejer) y huana (término asociado a tlahuani: alterado de la mente o borracho).
Aunque es una hipótesis plausible, considerando que el vocablo proviene de México y la marihuana fue usada por los indígenas desde la Conquista, el término no está avalado por el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua española), ya que ninguna de sus ediciones proporciona el origen etimológico de “marihuana”, “marijuana” o “mariguana”. Algunas fuentes, debido a la etimología popular, afirman que marihuana es una variante de marijuana, puesto que la medicina popular en México se realizaba a través de curanderas, a quienes llamaban “Marías” o “Juanas”.
Algunos etimólogos desacreditan estas hipótesis, pero tampoco proponen una teoría válida. A pesar de todo, el término marihuana se conoce casi en todo el mundo y ha dado lugar a variantes lingüísticas como mary-jane (del inglés) y marie-jeanne (del francés).
La discriminación de la hierba y su principal protagonista
Aunque la palabra marihuana tiene indiscutiblemente orígenes mexicanos, su mayor popularización y gracias a la cual se extendió por todo el globo, ocurrió en Estados Unidos; como habíamos dicho, en los años 30, gracias, principalmente, a un importante personaje, quien la utilizó con propósitos despectivos.
Harry J. Aslinger
En 1930, Harry J. Aslinger fue designado director general del Buró Federal de Narcóticos, y desde entonces declaró la Guerra contra las drogas. Sus intenciones fueron personales y ambiciosas.
Como el Buró Federal de Narcóticos era inicialmente un departamento muy pequeño, sus objetivos no se apreciaban en aquel entonces tan indispensables como para garantizar su existencia a largo plazo. Por lo tanto, Aslinger decidió justificar su funcionamiento y mantenerlo con vida extendiendo terror entre la población: divulgando estudios científicos falsos acerca del cannabis. Para lograrlo, se valió de los recursos de William Randolph Hearst, un político magnate propietario de 28 periódicos, algunas revistas y radiodifusoras. Hearst proporcionó gustosamente estos medios de comunicación porque el cáñamo amenazaba sus intereses corporativos, pues era el principal proveedor de Kimberly Clark, una importante productora de papel.
Como segunda parte de su plan, Aslinger debía exponer a la hierba como un enemigo público aún más peligroso. Para ello, qué mejor estrategia que la división racial. Recordemos que en 1929 Estados Unidos se encontraba en crisis por la Gran Depresión y gran parte de las causas que aquejaban a la población como el desempleo y la inseguridad, se le atribuía a la gigantesca ola de inmigrantes que inundaban las calles de las principales ciudades estadounidenses. Valiéndose de esta crisis y en un momento más que oportuno, Asliger afirmó, a través de estudios falsos, que los principales consumidores de cannabis eran afroamericanos y latinos. Llegó a decir que el cannabis potenciaba las relaciones entre diferentes razas y los pensamientos erráticos de que todos somos iguales ¿Te imaginas ser un ciudadano apegado a las leyes y leer o escuchar ese tipo de publicaciones, cuando tu país está en crisis? A alguien había que culpar; los inmigrantes y el cannabis fueron los chivos expiatorios perfectos.
Por si esto aún no fuera suficiente, el burócrata impulsor de la Guerra contra las drogas, comenzó a divulgar el supuesto peligro del cannabis, refiriéndose a este como “marihuana”, otorgándole una connotación muy, pero muy racista. Aslinger incluso dijo:
“Hay 100 mil fumadores de marihuana en total en Estados Unidos, y la mayoría son negros, hispanos, filipinos y artistas. Su música satánica, jazz y swing, resultan del uso de la marihuana. Esta marihuana hace que las mujeres blancas busquen relaciones sexuales con negros, artistas y cualquier otra persona”.
Desafortunadamente, Aslinger logró su objetivo: el pequeño Buró Federal de Narcóticos, lejos de desaparecer, creció hasta volverse lo que hoy es la DEA y sigue obstaculizando la legalización del cannabis a pesar de que ahora los intereses económicos, de seguridad y empresariales justifican su inmediata regulación. Gracias a Aslinger, el cannabis fue prohibido en Estados Unidos en 1937.
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Fuentes: The Guardian, Gran depresion, Etimologias de chile.