Miel para cultivar cannabis
Por DiosaVerde.org
¿Has escuchado hablar de la miel como ingrediente para mejorar el crecimiento en tu cultivo de cannabis? Quizás pudiera parecer extraño, pero este endulzante natural tiene algunas propiedades asombrosas que ayudan a que tus preciadas hierbas se desarrollen mejor (en varios aspectos): la puedes utilizar como fertilizante y también es una herramienta muy útil para clonar o enraizar las plantas ¡Siempre hay alternativas orgánicas!
A casi todos nos gusta la miel: le añade un sabor delicioso a todo lo que toca. Además, posee notables virtudes medicinales.
Cuando se trata de cultivar cannabis, la miel tiene dos beneficios principales. Además de que vuelve tu cultivo un poco más dulce, también puede usarse como un fertilizante eficaz y un estimulante de la raíz. Como dato importante, la miel solo debe usarse en la etapa inicial y final de su ciclo de crecimiento. En los siguientes párrafos te explicaremos el porqué.
Asegúrate de emplear miel 100% pura y natural, pues algunas marcas agregan jarabe de maíz u otros químicos que podrían dañar tus plantas.
La miel como estimulante de raíz
Estimular el crecimiento de las raíces es especialmente importante cuando clonas una planta. La clonación es cuando tienes una planta que te gusta y haces una copia genética de ella, cortando una rama pequeña y fresca. Sin embargo, para que este corte sea una nueva planta, se requieren raíces fuertes.
Al cultivar cannabis, las raíces son un aspecto muy importante. Llevan agua dulce y nutrientes al resto de la planta; sin ellas, una planta no podría mantenerse con vida. Además, las raíces tienen una gran influencia en el producto final: raíces saludables mejorarán la calidad y el tamaño de tu cultivo.
Para producir nuevas raíces, una planta requiere una hormona especial que activa el proceso de enraizamiento. Las plantas son capaces de producir esta hormona por ellas mismas, así que cuando pones el corte sin raíces en un vaso de agua, crecerán nuevas raíces después de un tiempo. Sin embargo, es posible que esto no sea suficiente para un clon de cannabis. Si deseas que crezcan más rápido y estén saludables, podrías necesitar la ayuda de un estimulador de raíces.
Las hormonas de enraizamiento más comunes en una planta son las auxinas y el ácido acético indol (IAA, que se produce de manera endógena). Al comprar un estimulador de raíz comercial, existe una pequeña posibilidad de que encuentres una de estas hormonas. Por lo regular, estos productos incluyen una hormona sintética como el ácido indolebutírico (IBA) o el ácido naftalenacético (NAA). Si bien ambos pueden funcionar bastante bien, a menudo ocurre que tienen una vida útil corta. Además, la mayoría de los cultivadores no quieren exponer sus plantas a productos químicos.
¡Es justo en este punto donde entra la miel! Al no contener ningún producto químico y ser orgánica, la puedes usar como un estimulante de raíz seguro. Además, tiene algunas de las principales propiedades antibacterianas y antifúngicas (por eso ayuda a aliviar la garganta), lo cual es útil e indispensable, ya que las raíces son muy vulnerables a las bacterias y los hongos (debido a su ambiente húmedo, bajo tierra).
La miel también contiene enzimas especiales que estimulan el crecimiento de raíces nuevas y existentes, lo cual aumentará la cantidad y el tamaño de tus raíces. Esta idea ya ha sido probada en raíces de plantas cultivadas con/sin miel. Otro beneficio del uso de la miel como estimulante de raíz es que tiene una larga vida útil: una jarra te puede durar mucho tiempo.
¿Cómo se emplea?
Ahora ya sabes que la miel sirve como estimulante de la raíz. Sin embargo, quizás te estés preguntando cómo empezar a usarla. Bueno, es bastante simple: corta un buen clon fresco y sumerge la “herida” provocada por tu corte en un poco de miel. Asegúrate de que la herida esté completamente cubierta y coloca el clon en un medio de cultivo. Ahora conserva tu clon en un ambiente muy húmedo y después de 7 o 14 días sus raíces comenzarán a crecer de manera segura y saludable.
La miel como fertilizante
Como te mencionamos antes, la miel solo debe usarse en la etapa inicial y final del ciclo de crecimiento. Durante el enraizamiento, tu planta está definitivamente en la fase inicial y después de eso toma un tiempo antes de que tomes tu tarro de miel nuevamente. Una vez que tu planta haya crecido por completo y entre en la etapa de floración, puedes agregar nuevamente miel, pero ahora en el sustrato (tierra) de tu planta.
Antes de decirte por qué y cómo aplicar la miel, es importante saber que debes tener cuidado con la cantidad de miel que usarás. Sobrecargar el suelo con miel es muy malo y dará lugar a una planta dañada e insalubre.
La miel contiene mucha glucosa, pero una planta no necesita glucosa como nutrición, pues simplemente la produce por sí misma a través de la fotosíntesis. Sin embargo, el suelo en el que vive tu planta no lo produce y es justo ahí donde la miel puede ayudar como fertilizante. El suelo contiene gran cantidad de microflora (bacterias y hongos) que son muy importantes para tu planta. Agregar una cantidad muy pequeña de miel al suelo podría darle un gran impulso y mantenerlo saludable.
¿Cómo se emplea?
Como demasiada glucosa podría dañar tu planta, el truco para tener éxito es utilizar la dosis perfecta de miel que agregarás al suelo. En este caso, usar miel cruda es demasiado “potente”. Para un suelo sano y equilibrado, debes disolver la miel de 5 a 15 ml en 1 galón de agua. Una vez bien mezclado, debes usarlo para regar tu planta. No uses tanta agua como lo harías normalmente, toma un poco menos y usa tu “mezcla de miel” solo una vez, en la fase de floración.
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Fuente: growthatweed
Imagen: elcampodeasturias , royalqueenseeds , royalqueenseeds