La “represión del CBD” en EU amenaza una industria cuyo auge apenas iniciaba con la Ley Agrícola 2018
Por DiosaVerde.org
Tras la aprobación de la Ley Agrícola de 2018, que legalizó la producción de cáñamo industrial, se vislumbraban grandes esperanzas para una nueva línea de negocios basados en productos con CBD.
Sin embargo, tanto agricultores como minoristas no tuvieron tiempo de regocijarse, antes de que la confusión regulatoria frustrara sus ambiciones ―y en ocasiones sus negocios―, pues los planes para un nuevo y lucrativo cultivo se han detenido.
Los propietarios de tiendas y restaurantes en varios estados son obligados a empacar toda la mercancía que contenga cannabidiol (CBD), hasta que no haya armonía entre las leyes estatales y federales.
Aunque el CBD parecía estar en todo en el otoño de 2018, cuando apareció como un artículo de boutique en restaurantes y como un aditivo para helados, algunas autoridades estatales no lo encontraron tan delicioso.
La confusión condujo rápidamente a lo que ahora se le ha llamado “represión del CBD”, la cual se extiende velozmente de un estado a otro, obstaculizando la comercialización del producto de salud y bienestar más importante del segundo bimestre de 2018.
El Departamento de Salud de Los Ángeles, por ejemplo, anunció el mes pasado la aprobación del aceite de semilla de cáñamo industrial como producto alimenticio, más no el aceite de CBD.
Los inspectores de Salud en Maine hicieron lo mismo, generando preocupación en la industria de cáñamo, amenazando con descarrilar su progreso, que crecía exponencialmente,
En Carolina del Norte, las empresas recibieron cartas de advertencia para dejar de vender productos con infusión de CBD.
Las autoridades de Nueva York y Ohio no emitieron tales advertencias cuando acudieron a solicitar a los propietarios de restaurantes que resguardaran sus productos con CBD y dejaran de agregarlos en sus menús.
“El inspector llegó de la nada y dijo: ‘Retire los carteles y empaque la mercancía en este momento’”, dijo Debbie Gannaway, dueña de Gramma Debbie´s Kitchen, ubicada en el histórico Findlay Market, en Cincinnati.
Los funcionarios del Departamento de Salud de Nueva York también tomaron por sorpresa a los desprevenidos minoristas, en una serie de inspecciones no anunciadas.
Dorothy Stepnowska, propietaria de Flower Power Coffee House, en Queens, hizo eco de una preocupación común entre los vendedores de CBD:
“Estaba esperando que lo regulen, que nos dieran instrucciones, no que lo sacaran del estante”, le dijo al New York Post.
Sin embargo, al menos un defensor del CBD estuvo de acuerdo con las autoridades de salud:
“¿Qué pasaría si un restaurante pone CBD en la comida de alguien y tiene una mala reacción?”, cuestionó Steve Phan, cofundador de Come Back Daily, que vende alimentos envasados, tinturas y bálsamos con infusión de CBD.
¿Cómo sucedió esto?
La posibilidad de que el CBD se legalizara en todo el país parecía casi inevitable en junio de 2018, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el primer y hasta ahora único medicamento derivado del cannabis: Epidiolex, desarrollado para tratar formas severas de epilepsia.
No mucho tiempo después, en septiembre de 2018, la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) generó más entusiasmo al anunciar que los medicamentos aprobados por la FDA, con menos de 0.1 por ciento de THC, se trasladarían al Programa V, una clasificación de medicamentos con un menor potencial de abuso y menores riesgos para la salud.
La decisión liberó al CBD de su designación de 49 años como un medicamento de la Lista I, que lo clasificaba como “sin uso médico aceptado y con un alto potencial de abuso”.
El cáñamo, según la definición federal, debe contener menos de 0.3 por ciento de THC.
Antes de la Ley Agrícola de 2018, que reclasificaba el cáñamo como un producto agrícola, los estados individuales tenían diferentes regulaciones sobre el cáñamo. Algunos lo prohibieron por completo, mientras que otros estados permitieron la investigación y los proyectos piloto.
Anteriormente, la Ley Federal no diferenciaba el cáñamo de otras especies de cannabis. Bajo la Ley Federal de Sustancias Controladas (CSA, por sus siglas en inglés), todas eran ilegales, aunque el CBD no produzca un efecto psicoactivo.
Con la Ley Farm Bill de 2018, que legalizó el cáñamo, los cultivadores, desde el norte del estado de Nueva York, hasta la región montañosa de Kentucky y Colorado, vieron el movimiento como un punto brillante para sus economías rurales deprimidas. Ahora, como todos los demás, tendrán que esperar una aclaración.
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Añadiendo confusión
Poco después de la firma de la Ley Agrícola, en diciembre de 2018, la FDA reiteró que trataría al CBD, en términos regulatorios, de la misma manera ―independientemente de su procedencia (cáñamo o marihuana)―. La FDA también prohibió la venta de productos que contienen CBD como suplementos dietéticos.
“En cuanto a la legalidad del CBD, no hay una claridad real sobre qué postura tomará la FDA. Mientras tanto, nos quedamos navegando lo mejor que podemos”, dijo Érica McBride Stark, directora ejecutiva de la National Hemp Association.
Los conductores que transportan el cáñamo a través de los límites estatales, también tienen motivos para estar preocupados, como ilustran dos casos recientes:
En Pawhuska, Oklahoma, cuatro hombres fueron arrestados por transportar aproximadamente nueve toneladas desde Kentucky hasta Colorado, pues la policía afirmaba que era marihuana. Dos guardias de seguridad que apoyaban el traslado del cáñamo a bordo del camión, depositaron la fianza después de una semana, pero los dos conductores ―incapaces de pagar―, pasaron un mes en la cárcel hasta que fueron liberados el 8 de febrero de 2019.
Su abogado dijo que el cargamento era cáñamo, no marihuana, pero los fiscales argumentaron lo contrario. Los conductores, nativos africanos para quienes el inglés era su segundo idioma, dijeron que no sabían lo que transportaban.
Los resultados de laboratorio, publicados tres semanas después de su detención, demostraron que la mayoría de las muestras del producto estaban cerca o ligeramente por encima del límite legal de cáñamo.
En otro caso, un soldado de Idaho detuvo al conductor de un camión en una estación de pesaje a fines de enero de 2019 y encontró casi 7 mil libras (poco más de 3 toneladas) de lo que, según él, era marihuana. El inventario de embarque del camión enunciaba la mercancía como cáñamo.
El agente especial y portavoz de la DEA, Melvin Patterson, dijo que el caso de Oklahoma era “extraño, porque la policía local no debe arrestar a alguien en el acto”, sin comprobar primero el producto.Patterson agrega:
“No hay forma de que la policía haya podido saber la cantidad de THC en el producto que transportaban los conductores de camiones. Es una situación turbia”.
Litigios en contra del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS)
Dos compañías se encontraron en situaciones complicadas cuando sus envíos de CBD fueron confiscados por el Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS). Ambos casos han establecido precedentes legales.
En enero de 2018, el USPS confiscó un paquete que contenía 1.17 kilogramos de polvo de CBD, enviado a una dirección de Utah por KAB LLC, un cultivador de cáñamo industrial autorizado, de Colorado. Cuando el abogado de la compañía, Courtney Moran, argumentó que KAB había usado cáñamo industrial para crear el polvo de CBD, el juez estuvo de acuerdo.
El juez de Derecho Administrativo, James G. Gilbert, dictaminó el 21 de septiembre de 2018 que KAB cumplía con la Ley de Agricultura de 2014, bajo la cual el cultivo de cáñamo industrial era legal con fines de investigación y que, por lo tanto, los productos de CBD hechos de cáñamo industrial eran legalmente manejables.
Más adelante, en el mismo año, el USPS confiscó un paquete de 22 libras (casi 10 kilos) de aceite crudo de CBD enviado a Ohio por Matt Enos, director ejecutivo y fundador de Pataganja, Inc., con sede en Oregón. Enos también ganó su afirmación de que el producto derivado de cáñamo no era una sustancia controlada y el paquete incautado le fue devuelto.
Enos comenta:
“Esta fue una gran victoria para Pataganja y KAB, ya que luchamos por nuestros derechos como consumidores y como industria. Somos el primer caso de envío de crudo de CBD para ganar una apelación y el último en pasar, justo antes de que se aprobara la Ley Agrícola de 2018. Tiempos emocionantes”.
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Fuentes: Los Angeles County Department of Public Health, Weedmaps, The Portland Press Herald, New York Post.